put
me in a movie
puedes preguntar qué es lo
que más me calienta y te llevaré en un mágico viaje
por tres poemas
uno
en la noche
dos
en el espejo
pregúntame sobre mi actriz
porno favorita y te mostraré
el vídeo
de mi primera comunión
el vídeo
de todos mis cumpleaños
voy a masturbarme porque no
quiero sentir mi tristeza
voy a masturbarme porque
tengo mucho miedo,
pero
quédate
esto es justo como en las
películas
cuando se acaban los
veintisiete minutos y dieciséis segundos
las lolitas
con el culo partido
ya no existen,
yo sí
estoy de pie
todas las cámaras apuntan a
mi corazón
mientras carga otro vídeo,
y en mis ojos hay un océano
que arde
y en mis ojos todo está tan
claro
y en sus ojos ya no me veo
esto es justo como en las
películas
pregúntame cuánto tiempo
duro frente a mi teclado y te morderé los huesos:
hoy quiero contarte todas
mis fantasías sexuales
hoy quiero que vean mi sexo
como una constelación
a la orilla de esta tristeza
que seca mi espalda
quiero ser la observada y no
el observador
la polla sin rostro
la ventana en incógnito
quiero borrar el historial y
ser dios
porque si me peguntas,
lo que más me pone
lo que más me calienta
es esta culpa
inservible
tonta
que se arrastra
entre
mis
piernas
pequeña
reunión de promesas que todavía no están en vídeo
“En la catequesis
me decían
no jures jamás
niña idiota.”
- Berta García Faet
no es ninguna novedad que
mis palabras
valgan lo mismo que cinco
céntimos
para los niños pobres en las
latas del supermercado
llegué muy ebria a casa, y
estabas tan molesta conmigo
que decías cosas como:
“cuando eras mucho más
pequeña prometiste que no ibas a tomar de grande
porque el alcohol
es malo
es horrible,
debí grabarte,
ahora mírate
no tienes vergüenza”
qué peligroso es prometer
y qué triste es no tener
cámaras como testigo
te digo la verdad:
me hubiera gustado mucho que
me grabaran
apagaría la televisión, te
prometo que sí,
pondría los videos
con todas las cosas que
nunca pude cumplir
y mis nietos pensarán
-esa historia ya me la sé,
vieja loca
al final todos mueren-
voy a ser la mala de la
película
y no me arrepiento:
le dije a mi madre
que nunca
en toda mi vida
prendería un cigarro
dije que esperaría al
correcto
dije que sería
como en las telenovelas
mexicanas
dije que el hombre existe
más allá
de la televisión
cuando comenzaron a brotarme
las tetas dije
que solo
el amor podría verlas
cuando aprendí a mentir me
olvidé de llorar
dije
muchas cosas que ahora están
ahogándose en el lado vacío de mi cama
y todavía quisiera creer en
ellas
pero
se siente tan bien
torcer el cuello de una
paloma
se siente tan bien
pisotear una flor
digo muchas cosas porque
necesito hablar conmigo,
tengo que decírtelas
porque hay demasiado miedo
acumulándose
en estas manos
o es que a veces
me da vergüenza el frío
me da susto besar al
fantasma con el que duermo,
pero siento que estás aquí
para matarme
será tu palabra contra la
mía: no tenemos pruebas en vídeo
para ir al tribunal
todos los acusados ya se
fueron de la sala:
soy la chica mala de la
película,
será mi palabra contra la
cámara de vídeo
hemos perdido, mamá
ya van cinco minutos con
siete segundos
he cerrado la puerta con
llave
he dejado de contar los días
y los nombres
y las caras
en especial, pierdo mucho
tiempo tratando de mirarte a los ojos
y sí,
no tomo
no fumo
no aplasto hormigas en la
pared,
yo no soy así
soy peor
(dos)
son importantes las puertas
de emergencia
en un incendio
en un cuarto
en este pequeño sistema
solar
no sé en qué momento mi
corazón dejó de sonar como uno,
desde hace mucho tiempo solo
escucho una puerta cerrándose
mi corazón quiere
encerrarlos:
todavía no termina la
función
y golpeamos como caballos en
una de
esas tocadas
donde lo más oscurito de la
ciudad
se besa y vomita
donde todos están tan
aburridos
y se juega a la ruleta rusa
con cinco balas en el tambor
mi corazón todavía late,
sobre todas las cosas
(cinco)
paso el tiempo jugando con
el control remoto de la tv
para detenerme siempre en el
canal donde pasan soft-core por las madrugadas
y he tratado de retorceme un
poco
para sentirme más que muerta
o menos sola,
pero es inútil:
incluso si en este poema
estuviesen presentes cada una de las personas que no duermen
los viernes para sentarse al
menos
diez minutos en el sofá de
padre y ver porno blandito de bajo presupuesto en cinemax
para darle un poco de amor a
la entrepierna,
nadie levantaría su mano
para decirle a la clase cuándo se le fue la inocencia realmente
¿verdad?
porque el inferno no es una
metáfora
el infierno no es esta vida
que arde bajo nuestros calzones
y probablemente toda la
teórica
que reunimos en nuestros
vientres nunca será exacta
el infierno es un estudio de
las costumbres
y los tiempos
y el porno
es así como nunca podremos
saber más de él:
gritamos su nombre en
nuestros sueños
y el silencio no es una
opción
pasan los días y todas las
películas van siendo lo mismo,
hay cosas que caerán
irremediablemente sobre mí
cuando esté vencida
cuando deje de ser jovencita
y se me resequen los ojos
y me aleje
de los hombres
interesantísimos tocando guitarra que
hablan efusivamente de Lou
Reed o Ezra Pound
como si fueran las últimas
cucarachas modernas en calle capón
cuando se acaben
las drogas que tanto me
gusta esconder
en el cajón donde van las
medias
las drogas que están en mi
mochila,
y tú pensando
que son libros de historia
libros de biología
lapiceros de tinta altamente
tóxica color neón
todo lo aprendí al pie de la
letra:
el día de hoy no existe el
silencio
hay puertas de emergencia
que no se abrirán de nuevo
cuando me aleje
de todas las drogas que
buscamos en la carne ampollada de nuestras uñas
necesito hacer una antología
mundial con las navajas que cortan
esta lengua tan sucia
(de
“pantone 707”)
Valeria
Román Marroquín (Perú, 1999) Todavía paga pasaje escolar y usa uniforme.
Estudia en un colegio de monjitas. Pasa sus días trabajando en un poemario
inédito que espera se publique. Ha colaborado con las revistas Mutantres y
Caleidoscopio, y blogs como Transtierros, 10avenida, Estabanlocos, entre otros.
Es capricornio y cree en Jim Morrison.
Colaboración: Aurelio Macó
(Fuente: Revista El Humo)
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