jueves, 14 de abril de 2022

Sidney Keyes (Dartford, Reino Unido, 1922-Túnez, 1943)

 

seis poemas













 

 

Poeta de guerra



Soy el hombre que buscó la paz y encontró
A sus propios ojos entre las púas.
Soy el hombre que a tientas buscó palabras y encontró
Una flecha en su mano.
Soy el constructor cuyas firmes murallas rondan
Una tierra hundiéndose.
Cuando me enferme o enloquezca
No te burles de mí ni me encadenes:
Cuando alcance el viento
No me tires al suelo
Aunque mi cara sea un libro quemado
Y un pueblo perdido.

~

Elegía



(In memoriam S.K.K.)
 

Otra vez abril, y otra vez es un año
Desde que te fuiste y diste un portazo
Dejándonos enredados en tus palabras. Tu cerebro
vive en la libreta y tus ojos miran hacia arriba
Riendo desde la alfombra en el suelo:
Y aún bebemos de tu copa de plata.

Hace ya un año que vertieron
La tierra muda en tu boca:
Y todavía así, sabemos, por alguna palabra recurrente
O por una mirada desprevenida, que aún conduces
Nuestros pensamientos como las inteligentes cosechas de tu juventud -
Cuando tú y el mundo estaban vivos.

Un año más, y hemos caído en malos tiempos
Desde que te entregaron a los gusanos.
Me avergüenza deleitarme con estas rimas
Sin pena; pero no necesitas lágrimas.
Jamás te olvidaremos ni escaparemos, ni haremos las paces
Con tus enemigos, los rápidos años que se van.

~
 

El tiempo no otorgará



El tiempo no otorgará la página sin rayar
La consumación o el descanso de la mano:
Los Reyes Magos se desvían, los cielos se enfurecen,
El cuidadoso peregrino tropieza en la noche.

Toma la pluma, toma el ojo y graba
Tu visión en este tiempo poco propicio;
Los rostros son fluidos, las acciones nunca alcanzan
La perfección sino en el reflejo o en la rima.

Toma ahora, no pronto; tus minutos
perdidos se alojan en casa como maldiciones.
Nicolo, Martin, todos los fantasmas no hospedados
Proclaman los extraños reveses del tiempo.

El miedo era la paz de Donne; para él,
entre los querubines juglares,
El terror era decente. Rilke aceptó
tiernamente el otoño como un árbol enraizado.
Aunque después de cada buen día me asusta
Que toda mi vida debe cambiar y caer.

~
 

Neutralidad



Las banderas, aquí no, ni los rítmicos
Pies de las legiones que vuelven; ni en los santuarios domésticos
La ofrenda de pequeñas lágrimas, las postales
Atesoradas durante años, ni los nombres grabados en el latón.
Las voces acalladas, aquí no,
ni el tambor.

Sólo a la hora de la cena, la lluvia se cuela
Entre nuestros huertos, estampando sus codificados
Pero pacíficos mensajes a través de nuestros pavimentos.
Sólo el críptico zumbido que realiza
Sus ordenadas evoluciones en el cielo.
Sólo el crecimiento.

Y en la noche, las voces secretas
Del verano, la progresión
De horas sin suspenso, sin sorpresa.
Sólo la luna nos contempla, incluso el búho cazador
Puede observarnos sin malicia.
Sin envidia.

No somos cobardes, somos imágenes
De gente corriente, como tú lo fuiste.
No nos culpes ni nos compadezcas; somos la gente
Que ríe en sueños antes de que el jabalí rampante
Aparezca, antes de la muerte del amado.
Somos tu esperanza.

~
 

Los prisioneros de Europa



Nunca un día, nunca un día transcurre
Pero los recuerdo, sus rostros ciegos de piedra
Golpeados por las luces de los arcos, sus ojos vueltos hacia adentro
Buscando una respuesta y su camino a casa.

Porque siendo ciudadanos del tiempo, nunca
aprenderán la nacionalidad del cuerpo.
Torturados desde hace años, se niegan a separar
El espíritu de la carne o aceptar nuestro siglo de inmadurez.

No sin esperanza, pero carente de consuelo presente,
El predicador conoce la sensación de las uñas y la gracia;
El cantante ronca; las manos ligeras del orador
Se fijan en un gesto que nadie entiende.

Otros escaparon, más pagaron su traición:
Incluso los políticos con sus rancias
Visiones y coqueteos baratos con el pasado
No morirán con más facilidad al final.

Los que se refugiaron en buhardillas y en el consumo
En ciudades extranjeras, encontraron una mazmorra más profunda
que cualquier Dachau. Libres, pero aún confinados
La falta de piedad humana dividió su mente.

Pasen los días, pasen las estaciones que pasen, 
Los prisioneros deben mirar el blanco rostro del dolor:
Hasta que por fin el valor que han aprendido
Rompa los muros y derribe el mundo.

~
 

Recuerden a sus amantes



Jóvenes que caminan por las calles abiertas
De la república de la muerte, recuerden a sus amantes

Cuando previeron con clarividente visión
El dolor del planeta que se elevó a través de tu cielo.
Fundimos tu vista en nuestra suave belleza;
Te acostamos en prados borrachos de prímulas
Y te guiamos por los caminos de nuestra brillante ciudad.
Jóvenes que vagan por los vastos prados de la muerte
Recuerden a sus amantes que les dieron más que flores.

Cuando la verdad llegó hurgando como el cuchillo de un cirujano
entre los delicados movimientos de tu cerebro
Llamamos a tu espíritu de su estrecha guarida
Y besamos tu coraje para que se enfrentara a la cuchilla -
Nuestra belleza anestésica te salvó entonces.
Jóvenes cuya enfermedad la muerte ha curado al fin
Recuerden a sus amantes y procuren su dolor.

Cuando despertaste a medianoche con el frío de la tumba
para recorrer el pavimento de tu amargo sueño
Te llevamos de vuelta a la cama y te trajimos a casa
Desde la oscura antesala del deseo
a nuestra lujuria tan cálida como la llama de una vela.
Jóvenes que yacen en los lechos tallados de la muerte
Recuerden a sus amantes que les dieron más que sueños.

Del sol que cobija tu cabeza descuidada
O del diablo pintado en tu ágil mirada,
Te sacamos del terror con ternura
Y te engañamos hacia la paz con nuestras suaves palabras
Te dimos todo lo que teníamos y te dejamos morir.

Jóvenes ebrios de la insaciable sabiduría de la muerte
Recuerden a sus amantes que les dieron más que amor.

***

Versiones de Nicolás López-Pérez

/


War Poet



I am the man who looked for peace and found
My own eyes barbed.
I am the man who groped for words and found
An arrow in my hand.
I am the builder whose firm walls surround
A slipping land.
When I grow sick or mad
Mock me not nor chain me:
When I reach for the wind
Cast me not down:
Though my face is a burnt book
And a wasted town.

~

Elegy



(In memoriam S.K.K)

April again, and it’s a year again
Since you walked out and slammed the door
Leaving us tangled in your words. Your brain
Lives in the bank-book and your eyes look up
Laughing from the carpet on the floor:
And we still drink from your silver cup.

It is a year again since they poured
The dumb ground into your mouth:
And yet we know, by some recurring word
Or look caught unawares, that you still drive
Our thoughts like the smart cobs of your youth –
When you and the world were alive.

A year again, and we have fallen on bad times
Since they gave you to the worms.
I am ashamed to take delight in these rhymes
Without grief; but you need no tears.
We shall never forget nor escape you, nor make terms
With your enemies, the swift departing years.

~
 

Time Will Not Grant



Time will not grant the unlined page
Completion or the hand respite:
The Magi stray, the heavens rage,
The careful pilgrim stumbles in the night.

Take pen, take eye and etch
Your vision on this unpropitious time;
Faces are fluid, actions never reach
Perfection but in reflex or in rhyme.

Take now, not soon; your lost
Minutes roost home like curses.
Nicolo, Martin, every unhoused ghost
Proclaims time’s strange reverses.

Fear was Donne’s peace; to him,
Charted between the minstrel cherubim,
Terror was decent. Rilke tenderly
Accepted autumn like a rooted tree.
But I am frightened after every good day
That all my life must change and fall away.

~
 

Neutrality



Here not the flags, the rhythmic
Feet of returning legions; nor at household shrines
The small tears’ offering, the postcards
Treasured for years, nor the names cut in brass.
Here not the lowered voices,
Not the drum.

Only at suppertime, rain slanting
Among our orchards, printing its coded
But peaceful messages across our pavements.
Only the cryptic swift performing
His ordered evolutions through the sky.
Only the growing.

And in the night, the secret voices
Of summer, the progression
Of hours without suspense, without surprise.
Only the moon beholds us, even the hunting owl
May watch us without malice.
Without envy.

We are no cowards, we are pictures
Of ordinary people, as you once were.
Blame not nor pity us; we are the people
Who laugh in dreams before the ramping boar
Appears, before the loved one’s death.
We are your hope.

~
 

Europe's Prisioners



Never a day, never a day passes
But I remember them, their stoneblind faces
Beaten by arclights, their eyes turned inward
Seeking an annswer and their passage homeward.

For being citizens of tiem, they never
Would learn the body’s nationality.
Tortured for years now, they refuse to sever
Spirit from flesh or accept our callow century.

Not without hope, but lacking present solace,
The preacher knows the feel of nails and grace;
The singer snores; the orator’s facile hands
Are fixed in a gesture no one understands.

Others escaped, yet paid for their betrayal:
Even the politicians with their stale
Visions and cheap flirtation with the past
Will not die any easier at the last.

The ones who took to garrets and consumption
In foreign cities, found a deeper dungeon
Than any Dachau. Free but still confined
The human lack of pity split their mind.

Whatever days, whatever seasons pass,
The prisoners must stare in pain’s white face:
Until at last the courage they have learned
Shall burst the walls and overturn the world.

~
 

Remember Your Lovers



Young men walking the open streets
Of death’s republic, remember your lovers.

When you foresaw with vision prescient
The planet pain rising across your sky
We fused your sight in our soft-burning beauty;
We laid you down in meadows drunk with cowslips
And led you in the ways of our bright city.
Young men who wander death’s vague meadows
Remember your lovers who gave you more than flowers.

When truth came prying like a surgeon’s knife
Among the delicate movements of your brain
We called your spirit from its narrow den
And kissed your courage back to meet the blade –
Our anaesthetic beauty saved you then.
Young men whose sickness death has cured at last
Remember your lovers and covet their disease.

When you woke grave-chilled at midnight
To pace the pavement of your bitter dream
We brought you back to bed and brought you home
From the dark antechamber of desire
Into our lust as warm as candle-flame.
Young men who lie in the carven beds of death
Remember your lovers who gave you more than dreams.

From the sun sheltering your careless head
Or from the painted devil your quick eye,
We led you out of terror tenderly
And fooled you into peace with our soft words
And gave you all we had and let you die.

Young men drunk with death’s unquenchable wisdom
Remember your lovers who gave you more than love.
 
 
 
(Fuente: La comparecencia infinita)

 

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