viernes, 4 de diciembre de 2020

Sofía Nowens (Argentina, 1995 - Reside en España)

 

 


 

Un lugar pálido

 

Beige, a veces amarillo

el cielo de Dimona era blanco

tan blanco que no había sombras

salvo dentro de las casas

 

La sombra se me hacía incomprensible

y en esos días

     solamente necesitaba comprender

 

Blanco

     era todo tan blanco

       que no podía ver las piedras

así que tropezaba

 

El único color viviente era la sangre

llorando en mi rodilla

 

Lo demás era polvo

arena

y el barro naciendo

del contacto

 

 

El desahucio

 

Vinieron los del desahucio

un hombre con traje

una mujer con traje

un policía y una señora

con carpeta y seria

 

Dijeron que eran policías

y mi madre y su amiga se preocuparon

Policía es su todavía marido

quien abusó psicológicamente de ella

de quien se hartó

y por eso está acá

en la casa que desahucian

 

Puede que sea Juan, dice

mi madre cerró la puerta

pero se oyeron golpes

entonces mi madre la abrió

no venían por su amiga

sino por su familia,

que llevamos meses sin pagar

 

Esperábamos al banco

pero el silencio burocrático

no significa nada, dice la mujer con traje

hay que moverse uno, dice el tipo

ayer fue la comunión de mi hija, dice el policía

y el tipo con traje se alegra

 

Mientras, esperamos en la puerta

mi madre podría ser abogada

sabe bien cómo responder

 

que vinieron ya dos veces, dicen

que esta era la tercera y la vencida

que nos encontraron de suerte

mi hermano está por su cumpleaños

yo porque me quedé dormida

mi madre por vacaciones

su amiga e hija por refugio

¿No dejaron ni un papel?

 

No había nada en el buzón

que al final es que les conviene

se lo digo y suben el tono de su voz

es la palabra de mi madre

contra la del funcionario

y perdonen que me fíe

más de mi madre que de usted

 

Mi hermano piensa y yo transmito

la amiga y su hija esperan

se miran y luego van al salón

a buscar piso en internet

 

Firmamos un papel y lo fotografiamos

fotografías burocráticas

sobre fotos de cumpleaños

mi hermano con un libro de Lorca

la firma de mi madre

poesías y frases vacías

 

Se han ido y nos han dado un mes

 

 


El Desahucio (II)

 

Mi padre está arruinando la casa

junto con los rumanos

antes de entregar las llaves al banco

 

Mi padre está dejando telarañas

por todas las paredes de mi cuarto

Está arrancando calefactores

y ventanas

En verano no importa

pero está dando luz a este día

 

Y así es,

mi padre está deshaciendo

la casa que construyó

 

Un día ponía mármoles

se echaba al suelo

y conectaba luz, gas y electricidad

 

Y ahora está cortando cualquier cable

cualquier parte de la casa se rompe

 

¡Que no me haya dejado nada!

Vuelvo a dar una vuelta desde el comedor

 

¡Creo que me dejé algo!

Pero ya no hay forma de volver

 

No me pude dejar nada

entre esos suelos empapados

y las paredes partidas

y la cocina que es un cuarto abierto y frío

que apunta a un salón sin ventanas

con el balcón sin plantas

y sólo un mueble que juro haber visto vacío

 

Como todo. Ese día todo estaba vacío

Ese día se vaciaban las pomposidades

Ese día

ninguna palabra era de verdad su esencia

 

Y así nuestro salón pasa a ser un rincón

Pasa a ser una tristeza común 

Pasa a ser una nada.

 

Y así un hogar pasa a ser una casa

Pasa a ser una fachada

Pasa a ser una nada.

 

Y así unos obreros pasan a ser unos hombres

Pasan a ser unas bestias

Pasan a ser una nada.

 

Y así mi padre pasa a ser un extraño

Pasa a ser un trabajador

rompiendo con rabia seis años

–Puente de mi adolescencia

hacia mi juventud–.

 

Y así mis recuerdos pasan a estar ligados

a la ruptura con ellos

Y así este escenario no existe más

salvo en algunos lugares

de mi memoria

que retorna

como a la escena de un crimen

 

En esta casa hubo tristeza

pero también mucho amor.

Y así regreso, reflexiono,

me levanto y vuelvo a decir adiós

a la casa acribillada.

 

 

(Fuente: Vallejo & company)

 

 

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