viernes, 18 de diciembre de 2020

Paula Jiménez España (Buenos Aires, 1969)

 

 

La sacerdotisa (II)

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Yo reptaba
y sobre mi cabeza había un panal
al que vinieron
las mieles del amor a fecundar. Llamé
como una piedra inmóvil y preciosa
a esos deseos
y brotaron de mí como de un tallo
las hojas nuevas,
los frutos rozagantes que nadie corrompió.
Desde entonces yo soy
la prole de ramitas sosteniendo
las uvas del racimo, la conductora
de una electricidad que anima
los caminos que van al corazón para volver
barranca abajo
en el torrente oxigenado. Mis ojos
como perlas, fijamente
seguían una nube de luciérnagas,
su brillo intermitente y comunal
flotaba en el jardín. El centro
espeso de mi sangre repartí
en gotas separadas y en la noche
cerrada de los toros, vi
esas luces inocentes, diminutas
dejando entrar, por fin,
la insensatez.
 
 
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La luna (II)

(la ilusión)

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¿Y para qué?
¿Qué ganó el universo con mostrarme
el cielo tormentoso que amenaza
esta gracia? ¿la pulsación
efímera del ego
sobre la nervadura del gigante
para qué? ¿para qué el antes
y el después cuantificando
el oro escurridizo de mis días, la corona
de laureles dibujada
en el lienzo de la casa, el perdurar
del muerto sentado en una silla
para ser fotografiado?
Ay si hubiera
guardado en el cuenco de mis palmas
la gota efímera y que nunca se secara,
que aleteara en el oxígeno una perla
de nácar suspendida para mí,
un colibrí libando diminuto
azul sobre la flor. Imantación
al regreso del dorado inseparable,
esta melancolía.
No era vanidad al fin, sino embeleso
lo que volvía a mí con la promesa
de quedarse. Pensé
que no era mía aquella cara
que en el flujo cristalino se mostraba
y así se deshacía, simultánea.
Mi amor fue ver el velo, poco
más que una lámina de plata
que hizo doble la nube acariciada.
No fue la espalda,
no fue el exceso de un cuerpo que se iba
por sus huecos lo que toqué
esa noche. Tampoco
la suciedad del corazón, herida su esperanza.
No toqué el hueso
desgranado de la vida
que iba perdiendo su vigor, doliendo. No.
Lo que toqué era agua.
 
 
 
(Fuente: Meta poesía)

 

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