viernes, 4 de diciembre de 2020

Jorge Leónidas Escudero (San Juan, Argentina, 1920 - 2016)

 

 

AVE PODEROSA DE GARRAS DULCES

 

Ave poderosa de garras dulces
alzó a un hombre y lo entró a volar,
y le metió la lengua en la boca
para besarlo profundamente
y después librarlo a su suerte. ¿Qué más?

Alas de puro sexo.
Y aquél en sus garras iba embelesado
creyendo era ya aire o nube o rayo de sol.

Hasta que a la reina de las aves le pareció suficiente
el paseo del hombre y lo soltó, sin más trámite,
sobre la arena del desierto.
De manera que no ha muerto el enamorado,
es cierto,
pero camina derrengado y agitando los brazos
en un estúpido intento de volar.

 

 

 

ESTO ES TRISTE Y BONITO

 

Abriste ojos excesivamente para decirle
que tenías el apetito vencido,
que ya no gustabas de él.
Él se arregló el cuello de la camisa
como ante el espejo,
dijo algunas palabras de menos
y abandonó la silla malherido,
rabo entre las piernas.
¡Oh, brava matadora!
Y como éramos amigos fui a preguntarte
mujer por qué hiciste eso con él.
Me contestaste que por ser bueno era,
y por feo;
y que el pulso no te había temblado
al enviarlo al ostracismo.

Es lindo eso es lindo ¿ah?
cuando a la altura de la tetilla izquierda
le dijiste la espada, es bonito eso,
asestar como en la corrida de toros le
la espada.

Y abandonado a su miseria
se le doblaron las patas al bicho,
hocicó en la arena.
Es un final hermoso
para quienes gustan de la fiesta taurina.

 

 

(Fuente: Hablar de poesía)

 

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