lunes, 19 de octubre de 2020

Yulino Dávila (Perú, 1952)

 

 

TODOS LOS PROCESOS SON PARCIALES

 

 

Aquí sólo la poesía nos absuelve,

y es aquí donde puedo danzar al filo de descalabro,

o cantar lo sucedido en el futuro, ¡te lo dije!, y

merecer el repleto vacío macerado.

 

De carne ante las vísperas que me ajochan

retrocedo hasta el esqueleto de la leche:

-algo te transparece-       y       empato

por el hurgar licencioso de las discordancias

para besarte atolondrado,

y eres mi crupier de la suerte que me luce.

 

¡Oh querida!

sin omitir detalles         te celebro en medio de la debacle:

 

La marquesa de Chatelet tradujo

los Principia Mathematica de Newton

y Mary Somerville la Mecánica celeste de Laplace

pero el mundo siguió sangrando

(el apartheid viene de lejos).

 

Orfandad se paga, risa agujereada se paga, volver sin ir,

dame que no estoy, no toques, no digas, se paga,

el cajón involucrado, la intemperie, se paga,

¡hondamente! ¡hondamente!

y observamos su compostura en el lóbulo izquierdo

para sudar el olvido, para mirarnos la cara,

 

y tuvimos que forjar un amor más robusto

– ardorosa zarza / anilina indeleble-

amándonos con mejor amor

(apretado halago glosa los últimos alvéolos de la noche,

galopan por el auge de tu desnudo a contraluz.)

 

Y yo te amo:       Dama de mis entregas tullidas,

mi colaboradora     mi equivalente mayor,

contigo agoto mis recursos,

contigo dialogan las golondrinas de mis quejas,

contigo procuro repetirme diferente.

 

Te apuro a calibre de astrolabio en el jardín,

a gallardo adoquín de pataleta,

Te apuro a bujía de calistenia / a sol mojado por mi frente.

Contigo me deslomo por la punta,

me colapso hacia la voz en off,

me remonto auspiciado de insolvencia,

me involucro de castillos en el aire para que seas

mi princesa.

Contigo encuentro la harina para mis bizcochos,

cancelo la orilla de océanos desteñidos,

me subo al aire que te ríe, y otra vez

nos amamos en redondo, contigo.

Contigo

me sosiega el escalofrió que desgasta a los indignos.

 

Contigo las cosas buenas son más buenas        contigo

eso me hace inmune contra la rutina

y te convoco:

 

Ginebra        de mi Camelot de esquina.

Hagia Sophia filtrando el parque de la infancia:

Amor de Colombina /  disfraz de dominó

confeti y serpentina,

la vaina entre el guitarreo forzudo y el poema

(cenizas del Parque Huirocoha que los ajenos refractan).

 

Isadora descalza restaura mi caníbal binario.

Galatea me trastorna por el ojo eclipse.

Se baña Betsabé y enhebra la descartable pupila

-mi gorrión en el mástil-

para ti, donde riñen mis opositores, Berenice,

el charol de mis arrullos,

mi Amerigo Vespucci de los errores que dejé.

 

Aquí tienes este jazz        -libre y entrañable-

en el umbral de la coherencia,

mis arregladas convulsiones,

sintaxis sincopada /  miel disonante.

Una obsidiana trepana las inercias

¡retúmbate pues con esta prosodia y sobre mi lampiño!

aguarece a sus desfondos así como ensimismo

te acopla,

gesta con el musgo estos diretes.

 

¡Oh querida!

me renuevo de caleidoscopio para que seas la última Lila

que me lama.

Contigo…          afán y sintonía.

 

Tendré que volver sobre mi escudo roto

-caléndula sobre mis pestañas-

 

(lejos del Taigeto).

 

 

 

(Fuente: Vallejo & Company)

 

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