PIEDRAS
I
arrojabas las piedras contra mi cuerpo
y yo me mantuve en mi sitio,
feroz.
ninguna dio lejos del blanco.
cómo dejarlas caer sin haberme tocado.
eran tus piedras.
era sólo mi cuerpo.
II
pudiste lanzarme abismos, selvas oscuras, barcos en llamas,
pero sólo tenías piedras
y yo necesitaba algo de ti, cualquier cosa
que se desprendiera por fin de ti
y me buscara.
III
una piedra lleva tus huellas digitales,
mirando más al fondo: la palma de tu mano, su humedad.
si fuerzo aún las cosas, la precisa
atención de tus ojos, el pulso
que avienta tu vida
hacia la mía.
IV
es mejor que me incline a recogerlas.
no llegaré con las manos vacías
a la casa del amor.
V
hay gozo en la casa del amor
así cuentan
y música.
golpearé una piedra contra otra
una contra otra
disciplinadamente.
LA CANCIÓN DEL BALLENERO
Bajo velos de vapor
témpano de hielo va
la novia esquiva...
tal vez quizás pudiera ser que hoy
como el sol mi arpón la detuviese
sobre el agua del mar
agua fría de azahar...
quizás aquí pudiera ser tal vez
y el corazón se me ahogue
y no se ahogue mi sed.
(Fuente: Sol negro)
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