Brindis
Subía y bajaba colinas
hasta llegar al soldado Sañisky
Le daba un abrazo
le ponía entre las manos
mi paquete de Marlboro
es todo lo que tengo
y nos dedicábamos a echar humo
igual que aquellos agujeros
que de pronto aparecían
en la turba como un
acné irremediable
Hoy cuando nos juntamos
en algún cumpleaños
y enciendo un cigarrillo
sentimos que estamos allá de nuevo
Entonces mi amigo
–que ya no fuma-
me pone en la mano
una copa de vino
y miramos cómo corren
nuestros hijos
cómo hablan nuestras mujeres
Y porque aún nos perdura
la tristeza es que estamos felices
y porque sabemos que de alguna
manera no nos han vencido
es que brindamos
*****
(Fuente: Daniel Rafalovich)
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