(El más rojo de todos los vinos)
(El más rojo de todos los vinos)
tributo a una maravillosa canción de Diego Presa
Brindo cantando por aquellos muertos
cuando la luna inunda los olivos
y aspa en los corazones entreabiertos
de los que iluminaron los desiertos
y aprendieron a no llorar cautivos
de la desesperanza y los altivos
despojadores de los descubiertos
panes leudados en el mar oscuro
como si amar fuera un presagio puro
de una paz alta que atraviesa rejas
y sabe almarse en las hogueras viejas
que resplandecen más allá del muro
de los cobardes y queman las quejas.
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