jueves, 14 de abril de 2022

Ana Claudia Díaz (Santa Teresita, Buenos Aires, Argentina, 1983)

 

Destellos mínimos de mí

Destino, poesía argentina



feroz alegoría de la velocidad

en el instante previo

el rebuznar constante y acechado

 

el miedo

 

jugando entre los lirios

en el vapor de los álamos

 

su conjugación

 

 


trocar lo ambiguo de la realidad dentro del misterio

como si fuera un aljibe repleto de lluvia

 

apenas queda un reflejo de voz

un espejismo incandescente, una estela

 

la paridad como una ofrenda

a la sombra de la redondeada copa de un árbol

o de la luna

 

protagonista de un yo

que de tan íntimo se parte

 

 


ardiente entre los escalofríos

solo queda la escarcha esmeralda

y un simulacro de primavera

tan lejos ahora

 

deshecho entre la húmeda mata

el final del arco iris

se posa detrás de vos

y embalsama los espejos marinos

transparentes de carey

que la tormenta escandaliza

 

la tierra es tierna en su detalle

en cada recoveco donde se apoya

el peso del cuerpo

 

de El hemisferio del lado en que quedamos (Baltasara, 2018)


 


lenguas vivas lamiendo lenguas muertas

lenguas menguadas como medias                        

          Néstor Perlongher

 

 

bichar como ciegos

echarle al tendal un saco

salir del peligro

sin que se espante el amago

sin que retumbe

 

el lenguaje desierto

procura una especie de suerte

enluta la cueva

en donde tanto tiempo guareció

 

como gato que se salvó de vuelta

o como vecino que regresa

todito el haber

y vuelve arremendado

al vecindario

 

sin rigor,

enjambre de hambre

prenda de protección

lengua ramada en un rincón

sin perro que ladre

sin padre ni madre

 

que estorbando espanta

con la cola entre las piedras

y al sacudirse

abolla por todos lados sale

 

nauseabunda

la voz para buscar

lenguas más tiernas

en algún perdón

que ni manso ni primero

ni en circunstancias trata

de deshacer la madeja

del ánima que engorrada

se aprieta sin compasión

como tigre recién domado

que anca en la morena

para castigar lo retobado

 

campo santo

luz mala

que amaina la pena

como quien oye un trueno

sobre sus espuelas.

 

de Tapera (Jámpster, 2020)

 


Fotografía: Micaela Paszco

 

(Fuente: El Poeta ocasional)



 

No hay comentarios:

Publicar un comentario