Algo ha sucedido que sigue sucediendo, que me vincula.
Fue por la noche y ahora es por el día.
Ahora más que nunca.
¿Quién era quién?
Yo estaba en ti y tú a mí alrededor.
¿Quién en el mundo puede asegurar
que estuvo alguna vez junto a otro ser humano?
¡Yo soy JUNTO!
No ha sido concebido ningún niño o mortal
sin una imagen común e inmortal.
Aquella noche aprendí a sorprenderme.
Tú me llevaste al hogar y yo encontré mi hogar.
Érase una vez. Fue una vez. Y por lo tanto será.
La imagen que hemos concebido
me acompañará en mi muerte
pues habré vivido dentro de ella.
Sólo el asombro ante nosotros dos
el asombro ante el hombre y la mujer
me ha hecho definitivamente humano.
Yo sé ahora lo que ningún ángel sabe.
(fragmento final de “Las alas del deseo” de W. Wenders)
(Fuente: Hugo Toscadaray)
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