Canto primero a la materia
Amorosa materia milenaria
a tu piel de sangre y sueño revestida
acerco sin dolor la llama pura,
que en la noche sagrada de la tierra
ilumina, en fervores elevados,
la osamenta desnuda de los hombres.
Amorosa materia de la vida
te canto en voz sagrada y limpia,
porque soy habitante de tu cuerpo
y en él respiro y sueño desvelado
a la sombra desgarrada de la muerte.
Amorosa materia que me cubres
con el polvo milenario del caído,
recordando la noche bienvenida
del árbol y del llanto, confundidos.
Amorosa materia que me cubres
de maderas humanas, florecidas.
Amorosa materia de la muerte,
amorosa materia de la vida.
Estoy en ti fatal e inevitable,
sembrado cual un ceibo taciturno,
recordando mis verdes primitivos
que perfuman la brisa de la noche
y alegran el cabello de los días.
Estoy en ti, materia decisiva,
olvidado del brillo de los cielos.
Estoy en ti, en forma de la tierra,
viviendo en la memoria de los campos.
De siglo en siglo errante,
entre guerras y amores sucedidos,
es tu cuerpo del tiempo vigilado,
¡Oh amorosa materia de la muerte!
De siglo en siglo errante,
por la huella perdida de la sangre
por el blanco sendero de los sueños,
miro al hombre de todas las edades
ascender en azules fuegos fatuos
por la noche profunda de carbones.
De siglo en siglo errante,
entre guerras y amores fatigados,
es tu cuerpo del tiempo venerado
¡Oh amorosa materia de la vida!
Te canto en voz sagrada y pura
porque vivo en tu mundo codiciado,
¡oh amorosa materia de la vida!
amorosa de la muerte decisiva.
Óscar Rojas Jiménez, incluido en Faunética. Antología poética zoológica panamericana y europea (Instituto Caro y Cuervo, Santa Fe de Bogotá, 1999, selec. de Víctor Manuel Patiño).
(Fuente: Asamblea de palabras)
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