/ Poemas traducidos
Festival de la música y las artes, Santiago, Chile
A Ivana
Pateé cartuchos vacíos de gas lacrimógeno
por las calles rayadas
hasta tu casa, oí el siseo
en las notas que cantaste al aire cáustico.
La ciudad se lavó la sangre de la cara.
Después de tanto correr, seguías
bailando conmigo, girando más rápido que el miedo
sobre el pasto aplastado del parque con los arpegios
torcidos del violín, nuestras botas pisoteando entre el polvo
hasta que incluso las barricadas de la lejana
Caracas parecían extinguirse.
Sí, es verdad, es muy poco lo que podemos arreglar.
Todo sale
desgarrado, pero todavía toco
este violín roto
para ti.
“Festival de la música y las artes, Santiago, Chile" fue publicado originalmente en la revista Booth en abril de 2021.
Tormenta
Las nubes se deshacen en inundación,
arrancan la selva de la orilla del río.
Una procesión fúnebre
de troncos flota
a través de lo oscuro del océano.
Estaciones de buses cerradas; mi boleto
para Chile anulado,
pegado en el espejo de la cabaña.
En español, la palabra
tormenta viene del latín
tormentum, o instrumento
de dolor. Como hoy:
la incertidumbre de la distancia,
la certeza de la lluvia.
Una mujer en la fila de la embajada de Venezuela en Santiago le dice a mi amada que ha estado esperando por el pasaporte desde 2019
y el de Ivana venció hace meses
así que otra vez debo resignarme a verla
en mis sueños en este
estoy en la puerta del aeropuerto
donde la vi por última vez los accesos
cierran en la incertidumbre
filas de gente huyendo se mueven
como humo busco alguna señal
de sus rizos agito una foto
cabezas niegan todos perdidos
en el lenguaje del dolor pero de repente
ella está ahí y desde la distancia
la atraigo hacia mí por un momento
olvidamos las filas de gente hambrienta
fuera de las oficinas austeras y vacías
esperando los papeles que nunca vendrán
Cuál país
Quería escribir tu nombre en el humo
de las llantas incendiadas,
de cartuchos de gas lacrimógeno disparados a los amigos,
de rocas arrojadas a los tanques lanzaaguas,
de los libros y de los campamentos de inmigrantes
ardiendo en las tierras bajas.
Siento tu río de concreto fluyendo dentro de mí,
vi tu petróleo brillando a través de las panzas
de las truchas, sobre cuerpos empujados
desde puentes, lanzados al asfalto
por el plomo o una rodilla. ¿Cuál país, aplastado
bajo el peso del cobre,
el algodón o el coltán? Paisaje acuchillado,
herida de la montaña:
¿a quién dirijo este poema?
Ceora
A Cristián Cuturrufo
Una noche de sábado nos aglomeramos en The Jazz Corner
—Néstor, Sara y yo— para escucharte tocar.
Tu complexión robusta abarcaba el escenario, despeinada
y sudorosa; la sombra de tu trompeta se proyectaba sobre
el suelo, verde a cuadros en la luz absenta.
El verano de Santiago crecía con el humo
de cigarrillo entre las ventanas selladas del club
mientras el bajo punteaba con el aullido del tráfico, la guitarra
eléctrica y el piano Rhodes tañían entre platos
de tapas y copas de vino de Marchigüe. El local
era demasiado caro para nosotros, pero igual estábamos ahí.
El saxofón se tiraba una línea de blues, un chillido en altissimo,
hasta que la batería lo llevaba todo al principio.
Entonces aplaudimos tu solo:
las líneas de trompeta nos capturaron, gritaron
¡aquí, aquí! hasta que la bulla nocturna del bar
tintineó hasta volverse silenciosa. Hiciste otra ronda, subiste dos
trompetas a los labios, saliva salpicando desde mejillas infladas
mientras las soplabas, un toquecito latino,
un toquecito neoyorquino, todo agrandado.
Maldición, cómo podías tocar. Y antes de que
tuviéramos chance de tomar aire, sacaste
un tema de Lee Morgan, una balada escrita algunos años antes de que
sangrara hasta morir, disparado sobre la nieve sucia de la ciudad.
Pero entonces te quebraste, dejaste tu trompeta,
vencido por el dolor de todo, justo unos meses antes
de que tus pulmones fallaran, y así
yo también dejo estos versos, estas lágrimas, para ti.
Estos poemas del poeta David Brunson fueron traducidos por la poeta venezolana Ivana Aponte
David M. Brunson (Virginia, Estados Unidos, 1994). Sus poemas y traducciones han sido publicados o están por publicarse en Manoa: A Pacific Journal of International Writing, ANMLY, DIAGRAM, Waxwing, Booth, The Bitter Oleander, Nashville Review, Asymptote, Copper Nickel, Washington Square Review, Los Poetas del 5 y más. Es editor de Una cicatriz donde se escriben despedidas. Antología de poesía venezolana en Chile (Libros del Amanecer, 2021) y es editor y traductor de la edición bilingüe de la misma antología, A Scar Where Goodbyes Are Written: The Poetry of Venezuelan Migrants in Chile, (LSU Press, 2023). Actualmente vive en Santiago, Chile.
Ivana Aponte (Caracas, 1990). Licenciada en Letras de la Universidad Católica Andrés Bello (en Caracas). Tesista para optar al título de Magíster en Literatura de la Universidad de Chile. Es profesora de Español como Lengua Extranjera. Es autora del poemario Afectos (LP5 editora, 2022). Sus poemas han sido publicados y leídos en diferentes plataformas y eventos de Venezuela, Chile, Estados Unidos (en español e inglés) y Puerto Rico. Ha sido publicada en la compilación Me Vibra II. Brevísima Antología Arbitraria Panamá-Venezuela (LP5 Editora, 2020), en Orquídeas voces. Muestra de poesía venezolana contemporánea (Fundación Pablo Neruda, 2021), en Hacedoras. Mil voces femeninas por la literatura venezolana (Editorial Lector Cómplice, 2021), y en Una cicatriz donde se escriben despedidas. Antología de poesía venezolana en Chile (Libros del Amanecer, 2021). Reside en Santiago de Chile desde el año 2017.
(Fuente: La Parada Poética)
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