viernes, 13 de mayo de 2022

Louise Glück (EEUU, 1943)

 

UN POEMA DE EL IRIS SILVESTRE

 

 

 

 

VIENTO MENGUANTE

 

 

 

Cuando os creé, os amaba.

Ahora os compadezco.

 

Os concedí todo lo que necesitabais:

el lecho de la tierra, el manto azul del cielo…

 

Cuanto más me alejo de vosotros

más claramente os veo.

Vuestras almas ya deberían ser inmensas;

no lo que son ahora,

pequeñas cosas parlanchinas…

 

Os concedí todos los dones,

el azul de la mañana de primavera,

el tiempo que no sabíais cómo usar:

queríais más y más, queríais el don

que estaba reservado a otras criaturas.

 

Fuera lo que fuera que esperabais,

vuestro lugar no será el jardín entre las

plantas que crecen. Vuestras vidas,

a diferencia de las suyas, no son circulares:

vuestras vidas son el vuelo del pájaro

que empieza y acaba en la quietud:

que empieza y acaba, y replica en su forma

este arco trazado desde el blanco abedul

hasta el manzano.

 

 

 


El iris silvestre

 

Traducción de Andrés Catalán

 

               Visor

 

              (Fuente: Papeles de Pablo Müller)

 

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