viernes, 2 de julio de 2021

Omar Lara (Chile, 1941 - 2021)

 

 

ENCUENTRO EN PORTOCALIU

 

En ese tiempo yo corría detrás de una sombra.

Desde el décimo piso en el barrio de Drumul Taberei

yo miraba a través de un niebla caliente,

a través de una humedad humosa,

a través de las reverberaciones de agosto

una figura venía caminando

desde la parada de autobuses.

Una figura parecía dirigirse hacia mí,

yo la veía perfectamente desde el décimo piso

en el barrio de Drumul Taberei:

era la odiada figura conocida,

su aborrecible rostro estaba ahí y su pelo

que el sol no incendiaba y con él todo su cuerpo.

Yo miraba petrificado la escena,

los indolentes pasos y su entorno:

árboles, cosas en movimiento, el asfalto que el sol

ondulaba.

Yo miraba esa escena con su centro precioso…

 

En esos tiempos yo escribía un poema titulado

“Encuentro en Portocaliu”,

era necesario encontrarme rápidamente

porque –pensaba yo- ¿la poesía para qué puede

servir sino para encontrarse?

Eso fue después de escribir muchas cartas

preguntando

¡dónde estoy? Nadie sabía donde estaba

y no podían decírmelo,

de modo que empecé a decir a diestra y siniestra

protégeme con algo el corazón.

Protégeme con algo el corazón

seguía repitiendo

y como no me entendían

comencé a escribir unos poemitas insidiosos

relativos al río Dimbovitza,

relativos a la columna del infinito,

relativos al plan quinquenal.

Hasta que un día en Portocaliu.

 

Un día en Portocaliu

(en Portocaliu hay un sol amarillo como cáscara de

naranja)

una tarde en Portocaliu

(en Portocaliu hay unos grandes pájaros con dos patas

larguísimas y picos en forma de corazón)

una noche en Portocaliu

(estaba escrito que no te encontraría

en Portocaliu

pero guardo el recuerdo de esa espera y huellas

de picotazos en forma de corazón).

 

 

(Fuente: Fundación Neruda.Org)

 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario