lunes, 5 de julio de 2021

Ivonne Gordon (Quito, Ecuador, 1958)

 

 

La diosa del columpio

 

 

 

cuelga sin cabeza

de los hilos invisibles de arena

espera al prófugo en el cántaro

vacío

despojado

de silencios

y zapatos.

 

La diosa sin cabeza

sin brazos

sin pies

cuelga

simplemente cuelga

de los hilos de la vida

la existencia como regalo de los dioses

es porosa y locuaz

Constantina cuelga de un columpio

esperando

flota

flota en el aire

con un aliento fresco

la voz de la madre es un eco derretido

que interrumpe el vaivén del columpio

y el pensamiento de su mirada

flota como esponja de los mares

flota

al filo de los cántaros

flota en el albor a cuestas

de su padre

más allá de las cenizas se columpia

con el recuerdo lechoso

del pecho de su madre

nada es distinto de nada

nada es diferente de nada

las eólicas de sus pechos

tienen sabor a sal

en el columpio de hilos invisibles de arena

vuela Constantina

con sus pechos salobres

y con el canto de su rostro

abre la crisálida

en ese prolongado viento

para atravesar la inmortalidad inexplicable.

 

 

 


En  El tórax de tus ojos

 

               Amargord ediciones

 

               (Fuente: Papeles de Pablo Müller)

 

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