miércoles, 24 de abril de 2024

David Herbert Lawrence (Eastwood, Inglaterra, 1885–Vence, Francia, 1930)

 

 

 

El elefante es lento para aparearse

 

El elefante, ese enorme y viejo animal,
es lento para aparearse;
encuentra una hembra y ninguno parece apurarse,
ambos saben esperar

que la simpatía, lenta, muy lentamente,
en sus tímidos y vastos corazones se asiente
mientras en las riberas vagabundean
y beben y se apacientan

y huyen en pánico entre las malezas
de la selva con la manada,
y duermen en masivo silencio, y despiertan
juntos, sin una sola palabra.

Así, lentamente, los ardientes corazones inmensos
de los elefantes se llenan de deseo
y por fin las grandes bestias se aparean en secreto,
ocultando su fuego.

Son las bestias más sabias y las más viejas
así que saben perfectamente
esperar la más solitaria de las fiestas,
el generoso banquete.

No desgarran, no arrebatan, no laceran;
su sangre inmensa
se mueve con las mareas, cada vez más cerca,
hasta que desborda y se mezcla.


Traducción de Mirta Rosenberg

Foto: Mirta Rosenberg por Valentina Rebasa

 

(Fuente: Campo de maniobras)

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