DIAGNÓSTICO Y OTRO POEMA DE LA TEORÍA DE LAS COSAS
DIAGNÓSTICO
Cuando niño,
el miedo eran las olas.
Siempre eran las olas acercándose.
Un instante de duda
del mar, en su contradicción,
como tomando impulso,
como queriendo ir
a otro lugar distinto al que te empuja.
El miedo eran las olas y ante ellas
tenías dos opciones:
o contener el aire, sumergirte
y entrecerrar los ojos en el tiempo
que demoraba el agua en rebasarte
o decidir un salto
en el momento justo
más alto que las olas,
más arriba del miedo
para caer de pie sobre la arena.
Ya no eres un niño
ni juegas en la playa.
La médico, con una bata azul,
te ha cogido la mano,
como tomando impulso,
como queriendo ir
a otro lugar distinto al que te empuja,
se ha sentado contigo en la camilla.
No alcanzas a entender lo que te dice,
sólo sabes que tienes dos opciones.
―――――――――――
II
Nuestras cosas aspiran
disimuladamente al deterioro.
Los teléfonos móviles,
mientras los desenfundas de su caja
(aún en los cromados
la lámina adhesiva protectora)
comienzan a empañarse.
Cuando salimos a cenar,
los cepillos de dientes se desgreñan
en las estanterías del aseo.
No se dirían que algo le suceda
al vaso que pusimos
muy cerca del abismo inoxidable
del hondo fregadero.
Abstraídas, recorren su rutina,
su efecto transitorio de luz perecedera.
Inmaculada Pelegrín
La teoría de las cosas
Hiperión
(Fuente: Papeles de Pablo Müller)
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