Al ver los mármoles de Elgin
Mi espíritu está débil; mortalidad
me aplasta como un sueño indeseado,
y cada cumbre y abismo que imagino
de la divina providencia me dice
que debo morir como un águila enferma
mirando hacia el cielo.
Pero es un lujo amable el lamentar
que no tenga que guardarme de los vientos grises
y fríos cuando la mañana abre sus ojos.
Tales oscuramente concebidas glorias del cerebro
llevan al corazón a una indescriptible rabia;
y estas maravillas lo sumen en un dolor perplejo,
en el que se mezclan la grandeza griega con el rudo
trabajo del tiempo pasado -en un ondulante dominio-,
un sol -la sombra de una grandeza.
John Keats, Robin Hood y otros poemas, versiones de J. Aulicino, Selecciones de Amadeo Mandarino, Buenos Aires, 2001
On Seeing the Elgin Marbles
My spirit is too weak—mortality
Weighs heavily on me like unwilling sleep,
And each imagined pinnacle and steep
Of godlike hardship tells me I must die
Like a sick eagle looking at the sky.
Yet ’tis a gentle luxury to weep
That I have not the cloudy winds to keep
Fresh for the opening of the morning’s eye.
Such dim-conceived glories of the brain
Bring round the heart an undescribable feud;
So do these wonders a most dizzy pain,
That mingles Grecian grandeur with the rude
Wasting of old time—with a billowy main—
A sun—a shadow of a magnitude.
The Longman Anthology of Poetry (Palgrave, 2006)
Poetry Foundation
Imagen:
Lapith luchando contra un centauro, mármoles de Elgin (del Partenón,
Atenas), c. 440 a.C. British Museum. Wikimedia Commons
(Fuente: Otra Iglesia Es Imposible)
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