dos poemas
En el país llamado Más o Menos
Vivo en el país llamado Más o Menos,
donde,
muy extrañamente,
no hay ningún partido oficial llamado “Masomenosista”…
donde ellos
leen a nuestros escritores clásicos… más o menos.
Donde a veces,
hasta los distinguidos ciudadanos
se enamoran (más o menos),
pero a veces,
después de algunos meses
ya no hay besos,
los unen sólo los pesos.
Entonces no son ajenos,
más o menos.
“¿Es verdad, señor, que todos beben en su país Más o Menos??”
Hay algunas personas que no beben nada…
Más o menos…”
“Difícil de creer, señor,”
Ni siquiera algo así como…
una gota. Más o menos.”
“¿Qué tipo de gente es aquella, la de su amado pueblo
del país llamado Más o Menos?”
Son más o menos agradables…
Más o menos honestos…
Unas veces menos, otras veces más…
“¿Está Usted, señor, orgulloso de su gran país,
llamado Más o Menos?”
Hmmm…
Más o menos...
Por lo general, somos generosos más o menos..
suficientemente amistosos… menos o más...
Por supuesto, todos estamos por la paz…
un tanto más, un tanto menos..
Por supuesto, tenemos algunas pequeñitas,
pero más o menos
desagradables guerras.
En cada esquina,
en cada cocina de cada casa
cuando las esposas y los esposos están algo
así como peleando discretamente,
tenemos nuestra propia Chechenia doméstica,
y un Irak privado,
ondeando un trapo húmedo de cocina
como una bandera nacional,
cuando las sandalias y las planchas
a veces vuelan por encima de las cabezas
como ovnis…
sin embargo, apreciamos nuestros valores de familia..
Más o menos…
En nuestras cortes de justicia tenemos
más o menos incorruptibles jueces,
en nuestros centros de investigación
hay pensadores, más o menos insobornables.
Una más o menos bella mujer me susurró:
“Estoy más o menos enamorada de Ud.
Más o menos para siempre…”
Me gustaría pararme frente a Dios,
así como soy,
no algo así como más o menos.
No estar más o menos feliz
En esta más o menos vida…
En esta más o menos libertad.
(2004)
~
Lamento por un hermano
Para V. Shchukin
Igual que un descolorado molde plateado
un ganso está en un bote
con sangre cayendo aún de su tibia nariz
y su cuello meciéndose en el borde de un balde.
Había dos de ellos volando sobre el río Vilyuy.
Uno cayó mientras volaba
y el otro
a ras del agua, muy bajo, arriesgando su cuello
cerca del bote,
se lamentaba después en el bosque:
“Hermano querido, vinimos a este mundo gritando
a través de nuestras cáscaras quebradas
pero cada mañana nuestra Madre y nuestro Padre
te alimentaban primero a ti
cuando tenía que ser yo antes que tú.
Mi querido hermano,
tú tenías un color azulado
y desafiabas al cielo con arrogancia.
Yo en cambio era muy oscuro,
y las hembras te deseaban más a ti que a mí
cuando tenía que ser yo el más deseado.
Querido hermano, sin tener miedo del regreso,
tú y yo volamos muy lejos sobre los mares
pero gansos malvados de otras tierras te rodearon
primero a ti
cuando tenía que ser yo antes que tú.
Hermano mío,
ambos fuimos golpeados y obligados
a agachar el cuello.
Juntos fuimos arrasados con violencia por las tormentas de lluvia,
pero por alguna razón el agua se escurría rápidamente
de tu espalda de ganso
cuando eso tenía primero que pasarme a mi.
Hermano,
la gente nos comerá de todas maneras a los dos
al lado del fuego.
Hermano querido,
toda nuestra vida fue una lucha por ser el primero
y no apreciar nuestra hermandad, nuestras alas y nuestras almas.
¿Era nuestra dependencia algo imposible
eso de o tú o yo?
Querido hermano,
te pido al menos un cartucho de fusil
para así terminar con mi envidia
pero al recibir yo mi castigo, la gente te matará primero a ti,
cuando yo realmente tenía que morir antes que tú.”
Versiones de Javier Campos
Festival Internacional de Poesía de Medellín
(Fuente: La comparecencia infinita)
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