jueves, 5 de mayo de 2022

Marya Alexandrovna Zaturenska (Kiev, Ucrania, 1902 - EEUU, 1982)

 

Los náufragos

 



MARIYA ZATURENSKA
























Vivieran donde vivieran, soñaban ese sueño:
la casera invisible cuya voz
aceleraba el aire con una llama oscura
de palabras que saben desde siempre y siempre han de saber:
“¡Nadie los quiere aquí! ¡Váyanse!”

Y cuando construyeron una mansión y la amueblaron con arte
Con amor y con música, con las flores autóctonas,
Siempre ocurrió, siempre lo mismo,
El salón se angostaba en una tumba,
Y la voz de un sirviente, o de un candelabro,
“Nada tienen que hacer aquí”.

Y cuando se marchaban a una isla remota para volverse el ídolo
De las tribus indígenas
Y eran acariciados, admirados y cobijados… entonces
¿Qué voz los condenó?
Que llegó cuando asumieron las guirnaldas, esa voz que sabían,
Diciendo: “Esto no es para ti, todo esto es falso.”

Y los domingos en los parques con las niñeras, los amantes, las flores,
Y las bandas tocando y las fuentes elevándose
En horas líquidas de plata,
¿De quién era el enemigo? ¿De quién era la culpa?
Si de repente las sombras observadoras arrancan
Y gritan “¡Váyanse! Váyanse!”

Ahora han elegido el exilio, han encontrado una casa aislada
En la ciudad más pequeña, en el refugio más tranquilo,
Y solo hablan con los heridos, los perseguidos, los cojos,
Largas tardes, mañanas más largas, los más largos mediodías,
Y esperan a que suene la campana, a que aparezca la casera.
¿Aquí también los buscan? 


Traducción Aurelio Asiain


Marya Alexandrovna Zaturenska (1902-1982) emigró con sus padres a Nueva York a los ocho años. Abandonó la escuela pública a los catorce, pero escribió poesía mientras trabajaba durante el día en librerías, como redactora de artículos de prensa y como costurera en una fábrica, y al cabo se graduó en una escuela de biblioteconomía. Su primer libro obtuvo inmediato reconocimiento y recibió numerosos premios por los ocho que publicó, entre ellos el Pulitzer, pero hoy es difícil encontrar alguno. “The castaways” fue un poema muy apreciado por W. H. Auden.
 
 
(Fuente: alpialdelapalabra)

 

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