Himno a la lluvia
a una fiesta i por los vidrios resbalan
las lágrimas de un llanto sin ojos
pero los
obreros dejan caer los tipos del aguacero
que deletrean un poema en el zinc
con el viento que trota en el cementerio
devastado de mi corazón i la campana que
tirita de frío en la ventana de una torre
encojida en un rincón del paisaje
he abierto
las puertas de la tarde de par en par
lluvia —cortina del cielo para la alfombra
verde que nace en el campo
lluvia —yo siempre te he hablado en los oídos
sin tocar tus cuerdas —pero siempre me han vibrado
hasta dolerme como una idea i hoi día caes con una tristeza de hombre
será porque estás frente a mí?
los árboles abandonados —enfermos se quejan del frío
i el inútil piar de las aves de cuando en vez rasgan
el silencio improvisado
lluvia —mensaje telegráfico de la noche
rayos —látigos del diablo para despertar las e s t r e l l a s
la ciudad dormida en la neblina tiene un olor a
café —las ventanas nos insultan con lenguas de luz
i las casas entumidas respiran por sus c h i m e n e a s
sobre la espalda del viento me bebo el espejo de las
aguas donde se ve el paisaje colgado de m i s o j o s
Serafín Delmar en Radiogramas del Pacífico (1927), incluido en Antología de la poesía latinoamericana de vanguardia (1916-1935) (Ediciones Hiperión, Madrid, 2003, ed. de Mihai G. Grünfeld).
(Fuente: Asamblea de palabras)
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