Mangos de hacha
cuando enseñaba a Kai cómo lanzar una hachuela
—medio giro y se clava en el tocón—
se acuerda de la hachuela
sin mango, en el taller
y va a buscarla, y la quiere para él.
Un mango de hacha roto detrás de la puerta
es lo bastante largo para una hachuela,
lo cortamos a medida y lo llevamos
con la cabeza de la hachuela
y la hachuela entera, al tajo de madera.
Allí empiezo a dar forma al viejo mango
con la hachuela, y la frase
que primero aprendí de Ezra Pound
¡me viene a la mente!
"Al hacer el mango de un hacha
el modelo no está lejos”.
Y le digo a Kai:
'"Mira, daremos forma al mango
comparándolo con el mango
del hacha con la que cortamos”.
Y se da cuenta. Y yo lo vuelvo a oír:
Está en Wen Fu, de Lu Ji, siglo cuarto d. C.
"Ensayo sobre literatura”, en el
prólogo: "Al hacer el mango
de un hacha
cortando la madera con un hacha
el modelo está en verdad al alcance de la mano”.
Mi profesor Shih-hsiang Chen
lo tradujo y lo enseñaba años atrás
y yo me doy cuenta: Pound era un hacha,
Chen era un hacha, yo soy un hacha,
y mi hijo un mango, que pronto
también dará forma, modelo
y útil, pieza de cultura,
y así seguimos.
incluido en The dharma beats (Varasek Ediciones, Madrid,2017, trad. de Marcos Canteli).
(Fuente: Asamblea de palabras)
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