Vendavales
y temblaba de júbilo en el viento,
pero un día, celoso el firmamento
desató una tormenta de locura.
Y su tronco tan lleno de dulzura
lanzó un grito de trágico lamento,
porque un rayo con todo su portento
con su daga mortal tronchó su albura.
Y quedé junto al árbol confundida,
preguntándole al cielo por mi suerte:
¡si de barro yo soy, vana es mi vida!
Y sentí el vendaval mucho más fuerte
que helaba mi sangre enardecida
y apagó mis antorchas con la muerte.
incluido en Antología de mujeres poetas afrocolombianas (Ministerio de Cultura, Colombia, 2010, comp. de Alfredo Ocampo Zamorano y Guiomar Cuesta Escobar).
(Fuente: Asamblea de palabras)
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