SILBANDO BAJITO ANDO
Silbando bajito ando.
Me construyo un girasol
-es decir me lo dibujo-
Y lo pego en la pared desnuda y grisácea del hospicio.
Después le pongo yerba al mate
y me voy a pasear por mis recuerdos.
Había una mamá, allá en mi infancia,
que trenzaba mi rubia cabellera,
que me ponía moños primorosos
y vestiditos con puntillas.
-Mamá no vino a verme nunca
ahora que estoy en el hospicio-
¡Cómo me gustaría que me trenzara el pelo!
Estoy aburrida de ser grande y estar sola.
A veces, hasta me aburro de estar loca
Y juego a la lucidez, por algún rato.
Mientras me cebo otro amargo
que aseguro -ayuda- a soportar la realidad,
los abandonos,
los etcéteras.
Me construyo otro girasol
-es decir me lo dibujo-
y lo pego en las paredes del hospicio.
(Ya casi tengo un girasolar completo)
31 de agosto de 1997
LITIO
Se habla de la bipolaridad de mi locura.
De la necesidad del litio de por vida.
Hace diez años:
Litio en desayuno.
Litio en el almuerzo.
Litio en cena.
Y cada tres meses una litemia.
(Valor de litio en sangre)
Una ecuación psiquiátricamente perfecta.
Sin embargo, yo siento
que mi locura
tiene mucho más que dos polos.
Muchos más matices.
Muchos recovecos.
¿Será , tal vez, multipolar y multifácetica?
Me pregunto si puede el litio con todo esto.
¿No estarán podridas mis neuronas de tanto
Ceglutión en cuotas?
Maníaca. Depresiva. Psicótica.
Caractericemos.
Encuadremos.
Traguemos la pastilla.
Que pobre mi locura bipolar
que se queda quietita con el litio.
Que retrocede asustadiza.
Y yo vuelvo a esta lucidez de morondanga.
Prolijita, Mustia. Gris.
Casi calladita.
Es que si río demasiado tiemblo.
(Me estoy euforizando, temo)
Si lloro, también tiemblo.
(Me estaré deprimiendo, pienso).
En Los Montes de la Loca
(Fuente: La nueva radio Suárez)
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