Hay tan pocas palabras en la vida
que no obstante nos lastiman tanto;
nos abandonan en la oquedad de un paraje
púrpura de tan negro,
donde uno busca su constelación en vano
y se tienda sobre la maleza abrazado a sus costillas;
estas palabras
vuelven témpano el llanto,
lo obligan a morir ahorcado en el cogote
de quien no puede terminar una plegaria;
ni el desplome de un fresno
ni el derrumbe de un yunque
caen tan duro
y pesan tanto
como pesan estas palabras,
estas pocas palabras
que pueden guardarse en el buche de un búho
pero que no obstante nos lastiman tanto
como la caída de un relámpago en la sangre.
(Fuente: La parada poética)
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