En el barrio chino
Yo te espero
bajo los signos rotos
del cine cantonés
Yo te espero
en el humo amarillo
de una estirpe deshecha
Yo te espero
en la zanja donde navegan
ideogramas negros
que ya no dicen nada
Yo te espero a las puertas
de un restaurante
en un set de la Paramount
para una película que se filma a diario
Dejo que la lluvia me cubra
con sus raíles de punta
mientras presiento tu llegada
En compañía de un coro de eunucos,
junto al violín de una sola cuerda
de Li Tai Po,
yo te espero
Pero no vengas
porque lo que yo quiero realmente
es esperarte
Empujando un país
Yo soy el que anda por ahí
empujando un país
No es una fantasía, es cierto,
me he pasado la vida empujando un país
Con grandes piedras del camino
y mis zapatos gigantes
he ido poco a poco empujando un país
Contra los grandes vientos
y la noche que chirría en sus goznes,
contra la falta de oxígeno
y los malos presagios
he hecho lo indecible por empujar un país
Pero hay muchas otras cosas que hacer
como amar en lo oscuro,
sin paredes por cierto,
o desgranar el arroz cotidiano con sabor a coleópteros,
o limarse las uñas frente a un espejo de azogue,
o jugar a la pelota
con los niños estrábicos del barrio
Así que perdonen si no escucho
las quejas de mis contemporáneos
Yo no puedo hacer otra cosa
que seguir empujando un país
(Fuente: El poeta ocasional)
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