EN LA OTRA ORILLA
Hoy soy feliz porque un dios me da la oportunidad.
Voy a un nuevo lugar donde volver a empezar.
Como maletas, mis brazos, mis piernas
y mi cabeza, que ya empieza a añorar mi tierra.
Detrás, el mar; adelante, mi libertad.
Sólo quiero encontrar lo que no hay en mi hogar.
Enfrentarse a un nuevo mundo es duro,
pero es más duro no tener futuro
y ver que no puedes dar pan a los tuyos.
Nunca tuve nada que fuera mío,
ni siquiera la certeza de comer.
En vuestros cines me dijisteis
que esta era la tierra del pan y la miel,
así que ¿qué iba a hacer?
Ponte en mi piel.
¿Qué más podía hacer? Tuve que marchar.
¿Qué más podía hacer? Buscaba dignidad.
La miseria insoportable en compañía.
Ayer pude ver cómo la bandera de la paz se desteñía.
Aún puedo ver a mi madre
fingir tener comida en la cocina;
en algunas partes del mundo el dolor es rutina.
(...)
(Fuente: La parada poética)
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