Sostengo en mis manos
los hilos de la madeja
Tejo y destejo
mi propia manta
El temor no me ha abandonado nunca
habita entre puntada y puntada
me espera la primera noche de enero para reclamarme otro
año imposible
Serpientes de grandes escamas duermen a mi lado
Dar gracias a Dios
cada vez que tengo elecciones
y escojo la conveniente
cada día
cuando no las tengo
cuando no hay voluntad
ni oportunidad
sólo límites a todo
Mi madre cosió almohadones
de plumas con telas de colores
Yo sólo encuentro bordes cortantes
honduras de noche en cada esquina
Puedo ser extranjera
en cualquier lugar
no sólo aquí
en todo el continente
volar sobre murallas
ir hacia el silencio
con las mujeres pobres
con las mujeres de la tierra
de Extranjera de por vida, Editorial Lector Cómplice, Caracas, 2014
(Fuente: Emma Gunst)
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