jueves, 21 de enero de 2021

Ron Padgett (Tulsa, EEUU, 1942)

 



Mariposa

 

Chaung Tzu escribió sobre el hombre
que soñó haber sido una mariposa
y al despertar
no supo si entonces era
una mariposa que soñaba ser un hombre.

Amo esta idea
aunque dudo que Chaung Tzu
en verdad creyera que un hombre pudiese pensar
que es una mariposa,

pues una cosa es despertar
de un sueño en la noche
y otra pasarse la vida
soñando que se es un hombre.

Me he pasado la vida
pensando que era un niño, luego un hombre,
también una persona y un americano
y una entidad física y un espíritu
y quizá un poco mariposa.
Quizá debería ser más mariposa,

es decir, irrumpir en una alcoba
con ojos saltones y batiendo mis inmensas alas
cubriendo con una polvareda asfixiante
a gente que grita y se muere,

o casi. Porque así los rescataría
con la música celestial de mi belleza
y mi ser absolutamente inofensivo,
mi etéreo desdén por lo que son.


§

 

 


Rialto

 

Cuando mamá dijo «vayamos al Rialto»
no pensé que el nombre Rialto

fuera extraño o lejano o que significara otra cosa
más que Rialto el teatro de mi pueblo

como el Orpheum, cuyo nombre era solo un fonema
sin rastro del dios de la Poesía, aunque

luego aprendí sobre él y sobre el puente
y entendí que los dioses y los puentes vuelan sin ser vistos

a través del océano y cambian sus formas y desembarcan
en el pueblo y allí se quedan a vivir

hasta que es tiempo de volar y empezar de nuevo
como un fonema perfectamente limpio en la mente

del inocente y del libre
en su camino al Ritz.

 

 


§


Saltamontes

 

Es gracioso cuando la mente piensa en la psique,
como si un saltamontes pudiese considerar un helicóptero.

Es mala idea dormirse
mientras se vuela un helicóptero:

cuando despiertas, el helicóptero no está
y tú tampoco, abandonado en un sueño,

y no hay cómo alcanzarlos,
porque alcanzar no figura

en el esquema de las cosas. Eres
quien eres, ahora mismo,

y tan aterrada está la mente que cierra sus ojos
y entonces olvida que tiene ojos

y el saltamontes, el que cree
que eres un helicóptero, ¡salta sobre tu espalda!

Es un valiente pequeño saltamontes
que nunca duerme

pues el poema que escribe es el hecho
de estar siempre despierto, mejor que cualquier cosa

que puedas escribir o hacer.
Después se aleja.

 

 


§


Fresas en México

 

En la calle 14 con avenida Primera
Hay un banco y en el banco la cajera más guapa de la historia
Junto con ella lo mejor de hoy
Es el hoy mismo
A través del cual subo
A comprar libros

Flotan bajo un cielo más azul
Las muchachas clase alta
Todas calladas, consentidas
La suma de todo cuanto es terrible en las mujeres
Y mucho de lo mejor

Y los ancianos pasan cargando paquetitos
En un trance
Tan ricos que ni ellos pueden creérselo

Para ellos también parece ser un día un tanto patriótico
Ya ves, las chimeneas Con Ed son tan hermosas
Como lo es Queens
Y los caballos: desde una distancia agradable

O un bandada de pavos
Rellenos tras una ventana impecable
Dos días y estarán sudando en hornos
Pensando «¿cómo terminé en este lío?»

Luz que se vierte sobre edificios lejanos

Aquí arriba cuando alguien grita «¡Oye!»
Sabes que no te van a matar en la calle
Le están gritando a un amigo suyo llamado Oye
John David Oye, quizás

Y la basura sale
En grandes bolsas blancas y repletas amarradas por la punta
Incluso con ellas sale la gente
Ahora algunos están esperando
En la parada del bus (a un bus que no existe)
¡Y yo creí que eran basura!
¡Es tan bonito!

Si eres moderno o te falta clase
Puedes divertirte
Entrando a un anticuario refinado
Para que el viejo y majestuoso snob del escritorio pregunte
En la eternidad
«¿Para dónde va?»
Y puedas responder «arriba»

Me agradan estos güevoncitos
Si tienes un mechón de más en la brisa
Se les saltan los ojos
Y retroceden
Como diciendo «ese tipo es un grande… ¡Genial!»
Es cierto

Pero no están en mis zapatos
Frente a un Duboffet un circo que alumbra a través
De una ventana en un brillante edificio todo amarillo
La ventana es mi ojo
Y Frank O’Hara es el edificio
He estado como un loco pensándolo todo el día
(Cualquiera que conozca su poesía lo habrá notado)
Y en cómo la avenida Madison en verdad
Se dirige al Cielo
Y voltea y regresa, desilusionada

Porque aquí arriba puedes mirar por encima del conserje
O tenerle lástima

Y rentar un Bentley color de nube y
¡La arquitectura es tan maravillosa!
¿Por qué no me fijo en ella más seguido?
Y las chicas y los chicos pero en especial las chicas
Se van alejando de la escuela
En lana azul y blanca
Envuelta en piel

¿Son francesas? ¡Están hablando en francés!
Y no están buscando cosas que lanzar
Faldas deslizándose por las piernas de muchachas que no pueden evitar sonreír
Debajo de hermosos ojos pardos americanos
Al mundo entero
El cual incluye a sus amigas las ordinarias
¡Hasta me sonrió, a mí!
Tengo tanto chance de cogérmela como la muchacha del banco
Pero sigo caminando, soy un dios aterrador

Obsceno
La barba de un día
Y carajo en verdad olvidé cepillarme los dientes esta mañana
Se están tornando rojos de vergüenza
O acaso es sangre
He estado tomando —pedí un café negro—
Señorita

Y entonces un policía negro entra
Desabotonando su uniforme en el dispensador de gaseosa tibia
Mientras paso la lana sobre mis dientes
Y miro inocentemente los libros que compré
Un libro con un dibujo
De Apollinaire llamado Les Fraises au Mexique
Fresas en México

Pero cuando abro el libro en esa página
Tan solo es un cielo muy azul lo que veo

 

Selección y traducción de Sergio Arturo Ariza



 




Poemas originales

Butterfly

 

Chaung Tzu wrote about the man
who dreamed he was a butterfly
and when he woke up
wondered if he weren’t now
a butterfly dreaming he was a man.

I love this idea
though I doubt that Chaung Tzu
really thought that a man would think
he is a butterfly,

for it’s one thing to wake up
from a dream in the night
and another to spend your whole life
dreaming you are a man.

I have spent my whole life
thinking I was a boy, then a man,
also a person and an American
and a physical entity and a spirit
and maybe a little bit butterfly.
Maybe I should be more butterfly,

that is, lurch into a room
with bulging eyes and big flapping wings
that throw a choking powder
onto people who scream and fall dead,

almost. For I would rescue them
with the celestial music of my beauty
and my utter harmlessness,
my ætherial disregard of what they are.


§


Rialto

 

When my mother said Let’s go down to the Rialto
it never occurred to me that the name Rialto

was odd or from anywhere else or meant anything
other than Rialto the theatre in my hometown

like the Orpheum, whose name was only a phoneme
with no trace of the god of Poetry, though

later I would learn about him and about the bridge
and realize that gods and bridges can fly invisibly

across the ocean and change their shapes and land
in one’s hometown and go on living there

until it’s time to fly again and start all over
as a perfectly clean phoneme in the heads

of the innocent and the open
on their way to the Ritz.

 


§


 

 

It’s funny when the mind thinks about the psyche,
as if a grasshopper could ponder a helicopter.

It’s a bad idea to fall asleep
while flying a helicopter:

when you wake up, the helicopter is gone
and you are too, left behind in a dream,

and there is no way to catch up,
for catching up doesn’t figure

in the scheme of things. You are
who you are, right now,

and the mind is so scared it closes its eyes
and then forgets it has eyes

and the grasshopper, the one that thinks
you’re a helicopter, leaps onto your back!

He is a brave little grasshopper
and he never sleeps

for the poem he writes is the act
of always being awake, better than anything

you could ever write or do.
Then he springs away.


§

 


Strawberries in Mexico

 

At 14th Street and First Avenue
Is a bank and in the bank the sexiest teller of all time
Next to her the greatest thing about today
Is today itself
Through which I go up
To buy books

They float by under a bluer sky
The girls uptown
Quiet, pampered
The sum of all that’s terrible in women
And much of the best

And the old men go by holding small packages
In a trance
So rich even they can’t believe it

I think it’s a red, white, and blue letter day for them too
You see, Con Ed’s smokestacks are beautiful
The way Queens is
And horses: from a pleasant distance

Or a fleet of turkeys
Stuffed in a spotless window
In two days they’ll be sweating in ovens
Thinking, «How did I ever get in a fix like this?»

Light pouring over buildings far away

Up here when someone shouts «Hey!»
In the street you know that they aren’t going to kill you
They’re yelling to a friend of theirs named Hey
John David Hey, perhaps

And the garbage goes out
In big white billowy plastic bags tied at the top
And even the people go out in them
Some are waiting now
At the bus stop (for a nonexistent bus)
And I thought it was garbage!
It’s so pretty!

If you’re classless or modern
You can have fun by
Walking into a high-class antique store
So the stately old snob at the desk will ask
In eternity
«You’re going where?»
You get to answer, «Up»

I like these old pricks
If you have an extra hair in the breeze
Their eyes pop out
And then recede way back
As if to say, «That person is on . . . dope!»
They’re very correct

But they’re not in my shoes
In front of a Dubuffet a circus that shines through
A window in a bright all-yellow building
The window is my eye
And Frank O’Hara is the building
I’m thinking about him like mad today
(As anyone familiar with his poetry will tell)
And about the way Madison Avenue really
Does go to heaven
And turns around and comes back, disappointed

Because up here you can look down on the janitor
Or pity him

And rent a cloud-colored Bentley and
Architecture’s so wonderful!
Why don’t I notice it more often?
And the young girls and boys but especially the young girls
Are drifting away from school
In blue and white wool
Wrapped in fur

Are they French? They’re speaking French!
And they aren’t looking for things to throw
Skirts sliding up the legs of girls who can’t keep from grinning
Under beautiful soft brown American eyes
At the whole world
Which includes their Plain Jane girlfriends
She even smiled at me!
I have about as much chance of fucking her as the girl at the bank
But I stride along, a terrifying god

Raunchy
A little one-day-old beard
And good grief I really did forget to brush my teeth this morning
They’re turning red with embarrassment
Or is that blood
I’ve been drinking—I ordered a black coffee
Miss

And then a black policeman comes in
Unbuttoning his uniform at the warmish soda fountain
While I pull the fleece over my teeth
And stare innocently at the books I’ve bought
One a book with a drawing
By Apollinaire called Les Fraises au Mexique
Strawberries in Mexico
But when I open the book to that page
It’s just a very blue sky I’m looking at

 

 

(Fuente: Jámpster)



 

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