Sonata en dos partes
Han pasado siglos desde que los cuernos de caza retumbaban aquí
y sólo la literatura nos hace imaginarlos
como las rosas muertas que tanto significaron para el joven
oficial de caballería que jugaba con una pistola en su elegante sien
en la niebla azul bajo una luna que en realidad es
una moneda lanzada por una apuesta, sostenida
en el cénit de su trayectoria. Porque concebimos
incluso los miembros sexuales como una metáfora este
aire tardío o esta última canción es arrastrada con facilidad más allá
del problema del enrojecimiento de los árboles o de las polillas
que mueren en nuestras ventanas, y hay algo más definitivo
que quizá no regresará y se transforma en humo
del jardín, los vapores de los polígonos industriales,
para orquestar de forma indescriptible
la sencilla sonata del sol mientras desciende.
(Fuente: El hombre aproximativo)
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