jueves, 7 de enero de 2021

Amanda Durán (Santiago de Chile, 1982)

 

 

Construí un muro con los restos

*

construí un muro con los restos de mis hermanos
oriné en la primera piedra
para que no se sintieran solos

bajo la lluvia
se mojan los huesos y los labios

pero nada envejece.

~

si quisiera callarse

*

Te muerdes el beso
y despiertas
-sangrando-
una boca muerta
más apasionada que mil lenguas vivas
rompe en partes




otras veces respirar era el problema
cada uno con su cuerpo en las manos
otras veces nadie quería morirse
y el amor
pataleaba en tu ombligo
o te rajaba el páncreas

~

quiere volver al útero

*



cava un túnel con los dientes





~

al fondo de la carne estos huecos de piel sin piel palpitando

*

con las tetas llenas de hambre
deshago
la boca de un hombre solo
que está solo cuando masco

un bebé
abre mis pezones con sus manos
-de la comisura,
uno o dos ríos de sangre-
gritando

un ejército de fantasmas tristes
arrullan su cuna

en mis manos
órbitas de carne
gimen canciones de niños sordos
o mudos

canta
a media voz mi madre

con el vientre abierto

vacío

~

un silencio

*


el último aullido del vacío
la última muerte antes de la muerte



los que fueron mis padres perforan mis
manos
el que es amante
entra





se entierra dentro de mi carne
angelito enfurecido
un hijo




el último aullido es el más débil
la última muerte es más larga



Con el fantasma que queda de mí
salgo


a repartir volantes al paseo ahumada



la señora estila la mano



porque se conmueve con ciegos,
cojos



y muertos                         como
                                             yo.
 

*** 
 
 
 
De Ovulada. Lima: Ediciones Altazor, 2019.
 
 
(Fuente: La comparecencia infinita)

 

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