viernes, 7 de junio de 2024

Alfonso Quijada Urías (El Salvador, 1940)

 

"Mesa redonda"

 


(Bambi, 10 a.m.)

En los acantilados violó todo París en una época en que se caminaba entre ladrones y chulos
y putas y mujeres pundonorosas y niñas bellas y hermafroditas. Además
del tiempo malo y autoridades públicas y las iglesias y prostíbulos de entonces lo más
hermoso era tener una navaja y andar entrometido en los barrios bajos eternamente embellecidos
por el orín y la dignidad de los caballeros batidos en duelo. De toda esa época
quedan las pistolas y las navajas en los museos o en las casas como reliquias familiares.
De esa época quedan también las costumbres en libros que el gobierno francés edita
cada año, y los pantaloncitos hasta la rodilla que usaban las madam en ese bello tiempo
de la especulación sobre la vida del vecino lengua de lata o viperina.
Los versos se escribían en las cantinas y se guardaban en cajones de conservas,
valían un pito editoras como la Faber and Faber y la tristeza de quedar en el anonimato. Por
ejemplo este señor François Villón (más enjuto que un papa) famoso en su tiempo
por su navaja y su lengua y su fama de buchinchero, tan torcido que se ignora su fecha
de muerte y lo único que se sabe es que fornicó como nadie, que fue un bandido
próximo a morir en la horca allá por mil cuatrocientos sesenta y tres o sesenta y cinco.
Es intrascendente ocuparse de Villón como de todos los que en su tiempo fundaron sus
infiernillos, de los tontos que son perseguidos desde que a un hijo de gallina
llamado Platón se le ocurrió con ellos lo que la santa gana le roncara,
pero su miasma vale más de lo que el señor empresario de casas editoras
como Larousse se imagina o los mentecatos que mantienen congresos abiertos sobre la depuración del idioma.
De todos modos uno se lamenta del tiempo, de esta edad del oro, aunque no exista el oro,
qué horror Milady y qué horror este pelo en la sopa esta lengua de lata y viperina.

 
 
Alfonso Quijada Urías, incluido en Poesía contemporánea de Centroamérica (Los libros de la frontera, Barcelona, 1983, selec. de Roberto Armijo y Rigoberto Paredes).
 
 
(Fuente: Asamblea de palabras)


 

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