PENSAMIENTOS SUELTOS
casi siempre me es escamoteado.
Lo que quiero decir, es decir
lo que nunca debiera torcer su dirección,
pero que siempre fatalmente
se tuerce y malogra.
Nunca tuve una buena relación
con las palabras y cuando ellas
me llegan ya casi no me sirven.
Sólo a veces vislumbro la felicidad
de lo que debió haber sido.
Es cuando me abandono, callado y destruido,
al fujo suave de la tarde
sin más intención que la de mirar
el lento movimiento de las nubes
y dejarlas hacer.
Entonces percibo el rumor
sereno y silencioso.
Sentado en mi vieja reposera
miro el cielo vacío
y escucho lo que nunca escuché.
Pero lo escucho como si viniera de muy lejos
y no tuviera para mí
ni principio ni fin
y por eso mismo
nunca pudiera ser escamoteado.
Escribo
hago rápidas anotaciones
en papeles que luego pierdo
u olvido entre las páginas de algún libro.
Son señales
señales que a veces aparecen en el camino o no.
Llamados hechos a otros desde otro lugar
o quizás a mi propia vida.
(Fuente: Daniel Rafalovich)
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