martes, 1 de octubre de 2019

Jano Dardogne (Colombia)


EL CASCO


“Alguna vez la sangre te manchará el anillo
que tu mujer la enjuague.”
Un día mi cabeza rodará
como este casco en las escaleras
abriéndome la nuca
rayando las pupilas con sierras
entonces la risa que vas a escuchar
va a ser mía
También será la risa de las mujeres
y los hombres que seré
ya no me quedan más jugadas
fui todos los viejos violadores
y los chicos abusados que abusan
que conocí
no hay entradas al pasillo de machimbre
esa lluvia no va a entrar en la muerte
hay olor a humedad, a comida muerta
alguien abre una ventana y estoy desnudo junto a un viejo
un hombre que conozco me da los buenos días desde afuera.
Puse esta música sin alma para escribir
para no medirme más
soy la espada herida de mí mismo
soy la entrada del acero
soy el asesino que me busca
La Adivina quiere hacerme ver
La Adivina quiere hacerme ver
En mi boca entró una lengua inmensa
Es rasposa y tiene sabor a alcohol y tabaco
Perdí el miedo a Dios perdí a Dios
Me vestí de verdugo para vos
¿Y si nos queda poco tiempo para todo
salvo para separarnos de lo que somos
de lo que hicimos
del manojo de nervios que tenemos cocidos
y que me conectan con la compuerta sellada en el piso?
La Adivina me dijo que los cuerpos duelen
Siento en las costillas un pulgar que se hunde
Mi padre comulga
Coman mi cuerpo que es pan
Es tierno y tranquilo
Te prometo no llorar más
El Bosque siempre tiene un alambrado alrededor
La Bruja no viene de afuera, ya vive acá
Mi cabeza está rodando
Como un casco vacío
Y pierde pedazos rojos y dorados
Hay más pedazos que dejo
¿Hay luz dentro del casco? ¿Hay certeza?
Harás según el árbol la cuna de tu hijo
Este es el Árbol del Abuso y todos comemos este fruto
Todos nos comemos nuestros hijos
Para seguir viviendo
Abrir y cerrar
Abrir mi garganta con esta tijera
Abrir mi garganta con esta tijera
Cerrar la verbena donde me concibieron
La Torre del Cielo
Para hacer de mí esta pira
Floto, la tierra no me llama.
Me haría falta ese casco
Que rueda por las escaleras
No sé a dónde estoy yendo
Mi forma es nueva
Mis órganos no encajan unos con otros.
Parece mi velatorio pero no
Es el de mi abuela
Unas manos me revisan en la oscuridad
Una voz me habla y simulo dormir
Tengo asco y miedo
Pero asco de mí mismo
De lo que deseo y de lo que odio
Ese casco era tan seguro
Una navaja tan chica no le hubiera hecho daño a nadie
Tendría que haber corrido
Tendría que haber flotado
Hay un cuadro y piano en la sala
Allí comulgaron con muchos cuerpos de chicos
El mío es uno más
Tengo que desearlo para no morir
Si no me gusta la sangre en la boca
¿Cómo me volverán a crecer los dientes?
Y escucho que hablan otra vez
Hermanos y Hermanas, no miento más
Somos hijos de la Flor de este Árbol
O somos Hijos de Nuestros Ojos y Nuestras Manos.




(Fuente:  La Traición del Hombre topo)

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