EL AGUA ROSILLA
in memoriam Silvia Redondo
¿suena un teléfono?
Es imposible, aquí, en el campo.
A menos que obedezcamos
a otras razones, a otras malas costumbres
iconográficas.
Es un pájaro que suena igual;
o la mixtura informe de dos frases
trinadas, que saltan a la vez de un gaznate
abierto al cielo,
a otro...
volcando una materia multicolor y
tan densa en "estados" que...
Ningún orden nos vincula al pasado.
No obstante...Eramos el sentido
de una desaparición, la pérdida absoluta
del sentido: nos buscábamos como piedades
escondidas, todavía invisibles, todavía
impalpables.
LA FAMILIA
Sobre
la familia
de
un dibujo cortado en
los
colores
El
vientre cortado,
los
juguetes.
¿Para
qué volver a la unidad?
La
naturaleza era la imitación del padre,
la
mirada ilimitada de la Madre: y el amor,
aunque
probablemente no era el amor, reclamó
una
breve caída sobre otros silenciosos
tiempos.
Reclamó
los niños que se hundían
en
el follaje estrenduoso,
en
la espuma de las ramas. Reclamó todo
lo
que fingía, para sí breves vidas, y
toda
la pequeña presencia que ardía,
todas
las misteriosas nominaciones, todas
las
mentiras fugaces de unos gestos en púas:
el
campo destruyó el dolor
y
eso se percibía como prueba de soledad
en
el paisaje.
Después
el pisoteo,
la
masacre del deseo: el no poder
reducir
a común denominador materno
el
padre malo y el abuelo tramposo.
La
mirada dulcísima en esa noche
que
sólo se abriría para dormir...
que
acaso ya no sostenía
un
ritmo: grillos esquizofrénicos.
¿Amantes?
Cuerpo
fascinante y pequeña dominación.
Vibración
de unas caricias que todavía crujen
en
nosotros como suavísimos derrumbes de luz.
¿Amantes?
Y en
la felicidad de los gritos
¿quién
consintió apoderarse
de
un nombre único pero querellante?
¿Quién,
durante la vida,
en
el vapor urticante
de
todo un secreto?(Fuente: Revista El Humo)
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