CINCO
SECRETOS PARA LUCIR MÁS VIEJO DE LO QUE SOY
Les
decían arrugas pero ahora se llaman
líneas
de
expresión.
Yo
mediría seis metros pero ¿sabes?,
tenía
13 años
y
unas inmensas ganas de fumar:
los
músculos faciales
resintieron
el gesto de sentirme James Dean
cuando
me parecía en realidad a cierto cuadro
de
Francis Bacon
copiado
con crayones de cera.
También
comí hamburguesas: me he mudado
de
casa quince veces
y
lo que llevo siempre son
juguetes.
Mi postura
es
terrible. No han diseñado sillas
que
transmitan
mis
malas mañas a jóvenes columnas
vertebrales.
Mi
consumo excesivo
de
alcohol tiene lagunas
mentales
con los monstruos que quieren
no
robarse a una rubia
sino
reír mientras los bordan
a
escopetazo limpio.
YO
NO TENGO PROBLEMAS
Sí
mato
cucarachas
o mosquitos
o
moscas.
Me
gustan los insectos pero la sensación
de
sus pequeñas patas
sobre
mí,
sus
zumbidos o sólo
su
torpe atrevimiento
los
convierte en ideales sustitutos de mi amor
por
la humanidad.
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