domingo, 1 de enero de 2023

Pilar Salamanca (Valladolid, España)

 

4 poemas de LAS HORAS LENTAS


 


Soy

las uñas de mis dedos

y la rara piel que arañan.

Soy

testigo de mis heridas

y la memoria viva de su fuerza

más allá de lo que diga nadie.

Soy

mis dientes y mis colmillos

mis delicadas caderas

y mis pechos.

Soy

mis pecados, mis ocultos deseos

Oh, dios,

¡Cuanto los echo de menos!

Soy

todas las amigas que me han traicionado

(no una sino tantas veces)

y gracias que doy a dios por eso.

Soy

mi columna vertebral,

erguida y fuerte

frente al monte

Soy

mis ojos y los tuyos

perdidos en una obscuridad

que es solo mía.

Soy

mis pies - cuando los tengo -

que me han llevado muy lejos casi siempre.

Casi siempre.


***

En un instante, amor

 

 

Tú siempre fuiste Él:

 

Mi amante, mi amigo,

el hombre inesperado

que supo anclar mi camino.

Y por un instante, uno solo,

apenas un instante, un día

me ayudó a poner pie en tierra

batida de rocío real, no de charcos,

para construir en lo hondo

un palafito.

 

Y desde entonces,

 

amor,

 

ando al paso contigo

y volteo donde tu volteas,

toda yo con todo tú,

casi siempre,

mientras las viejas,

viejas vigas de madera

resisten y sostienen

-          con altiva ferocidad

nuestras vidas.

 

***

Para qué hablar

 

Ahora que te sientes como un juguete roto

en las manos de Gepeto.

 

Ahora que tu rostro se refleja

en la cáscara de una mandarina.

 

Ahora que regresan los recuerdos

al lugar de su martirio

 

Ahora

que ha llegado la hora

de cargarte en angarillas de pelta

envolverte en una sábana cubierta de oleo

dejarte extendida en un frio metal

-          con el collarín puesto –

va la vida y te regala

un nombre escrito en esa tarjeta

que alguien ató

al dedo gordo de tu pie.

 


 ***


Que tontería

 

 

Los circuitos de los cables y las centrales cósmicas

no se han interrumpido

y en este mundo de redes

nadie parece culpable.

El crimen es irreal.

La pena es irreal.

y la leve presión de un botón

puede hacer desaparecer

a jueces y acusados

e incluso a nosotros mismos, los espectadores,

el suave y conciliador delete

en un mundo como este donde

solo el dolor es real,

el único, irremplazable testigo

que bate tus venas

-          a veces también las mías -

y ataca por sorpresa demostrando

que algo no marcha bien.

 


 Pilar Salamanca. Las horas lentas. Ed. La Vorágine, 2023

(Fuente: Voces del extremo)

 

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