sábado, 21 de enero de 2023

Jorge Aulicino (Buenos Aires, 1949)

 

DE "LA LUZ CHECOSLOVACA"

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El salario de los soldados

 
1
Un puerto solitario, pero que forma parte de una compleja civilización
en cuyos límites lejanos atruena la guerra.
De este modo has visto en las imponentes torres de Troya
el cuerpo de una mujer desnuda como un aura.
 
Ya ves la moneda del juego, la tormenta que se desvía antes de estallar,
la doble cara de las cosas que permanecen quietas o en movimiento.
 
Paraste con un auto detrás del cartel que dice camino clausurado.
Te han contado que al final del camino, en el borde de la laguna,
vive un hombre en un trailer viejo, calculando el avance de la inundación.
Ahora mirás los juncos en la marisma y, más que los juncos, los reflejos
del Sol sobre el agua que se arrastra despacio hacia los terraplenes.
Cierta vez tuviste una revelación cuando el temporal te tomó en la carretera
y durante varios minutos seguiste apretando ligeramente el acelerador
sin ver nada en absoluto, ni delante ni detrás.
Entonces el cielo se abrió y viste el camino que cortaba los médanos,
lavado y desnudo y como recién caído. 
 
¿Adónde iría el agua?
Tu oído endurecido escuchó los ruidos de un cuerpo,
como quien oye en la tierra el eco de un campanario.
 
Uno a uno los pájaros vuelven al mismo alambre tenso.
El alambre se ha oxidado y combado sobre la inundación
y los pájaros vuelven en un ciclo de insistente silencio.
El polvo se alza en pequeñas trombas sobre el camino clausurado.
Y el que mide el avance del agua con ojo de tero
recoge los cristales de un imperio destazado.
 
Pero no sopla ese huracán. Así como contemplaste ennegrecer
las altas cúpulas bajo la danza del exterminio
cuando la nación de los otros arrojó el lastre de siglos,
tormento y designios podridos por el clima,
ahora ves que la hierba se mueve ante tus ojos
para recitar el suave catecismo
del universo del rocío y de las corrientes subterráneas.
Los del navío hace rato dejaron la cubierta.
El cargamento fue comida y nido de gaviotas.
La nave se mece; su velamen intacto
seduce al viento que se alza en las colinas.
 
 
 
Jorge Aulicino, La luz checoslovaca (Libros de Tierra Firme, 2003), Poesía reunida, Ediciones en Danza, 2020

 

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