Un bumerang, por las vías del aliento...
así va errante, lo en alas
poderoso, lo
verdadero. Por
estelares
órbitas, por astillas
de mundos besado, por granos
de tiempo graneado, por polvo de tiempo, con-
huerfanándose
con vosotros,
lapilli, de-
crecido,
disminuido, destruido,
disipado y dislocado,
rima de sí mismo,-
así viene
volando, así vuelve
de nuevo y al hogar,
para detenerse el tiempo
de un latido de corazón, de un milenio como
única aguja en el redondel
que un alma,
que su alma
describió,
que un
alma
cifra.
Paul Celan en La rosa de nadie (1963), incluido en Obras completas (Editorial Trotta, Madrid, 2002, trad. de José Luis Reina Palazón).
(Fuente: Asamblea de palabras)
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