jueves, 6 de junio de 2019
Mohsen Emadi, Sari, Irán, 29 de octubre 1976
1
Los objetos útiles no deberían repetir sus funciones,
pero el mechero arde,
y la pluma escribe,
y tu memoria invade los objetos.
Cada resistencia debería transformar las funciones de los objetos.
Debería ser posible escribir con el mechero y encender un cigarrillo con
/la pluma,
o poder ir muy lejos; a un lugar donde los objetos se nieguen a estar en
/nuestra vida,
como harían tus ojos si me mirasen dentro de esta noche enmascarada
/por la nieve;
dentro de esta noche en que la nieve arde
y el fuego posee las temperaturas del frío.
2
Una imagen
inicia el viaje,
y el viaje
atraviesa
besos, guerras,
abundancia
y sed.
Tu imagen
es todo lo que es mi partida
sin ser mi destino.
En la distancia entre tu y la imagen
el tiempo se sienta
y nunca se levanta entre tu y yo.
Un día
en el marco de una puerta
nos añadiremos a las ausencias de la imagen.
Atrás, en la ventana blanca
la cortina se descubrirá
y una niña en bicicleta azul
pasara por la calle
y los ancianos beberán sus cafés de desayuno.
Es una mañana fresca.
El mar esta gritando.
3
Al lado
de nuestra incapacidad
convertimos al ser humano.
La iluminación de la imaginación
en la soledad
nos convierte en monstruos.
La noche eterna de estas líneas
es imaginaria.
La voz de los pies es imaginaria.
La vela blanca es imaginaria.
No hay ningún Teseo.
Todavía el minotauro está esperando.
4
La historia del colonialismo
no me deja atracar en ti.
Yo mismo, como Colón,
tuve la intención de India
y tu orilla fue imprevista.
Yo no sabía
que la tierra es redonda
ni que el color de una camisa en la infancia
en una ciudad plana
un día me llevaría a un cuerpo
que de Este a Oeste
de Norte a Sur
está lleno de lenguas desconocidas
y mis palabras no están en su vocabulario.
No soy explorador ni conquistador.
No sabía que la tierra es redonda
ni que el tiempo es circular,
y por un beso
tengo que dar vuelta a la historia
al mismo tiempo
que no zarpo todavía de tu falda
y sólo hay viento
y el violeta oscuro de tu blusa
en una calle
que aún no tiene nombre
para un niño
que aún no ha comenzado a hablar.
5
La luna brilla siempre en vano
y las guerras no estallan sin razón,
pero tanto quien abandona como quien permanece
es vencido por el accidente.
Por eso,
primero mírame a los ojos
mírame a los ojos mientras haces el equipaje
y te despides
y sin lamentaciones
te llevas el placer del cigarrillo
previo a la salida del tren,
porque la verdad es hija del remordimiento
y yo no quiero ser tu verdad.
Por eso,
cierra los ojos y besa mis labios
hasta que el metal de tus besos se funda en mis venas
y quede forjado bajo la indiferencia de la luna
porque el tren se aproxima.
Por eso,
la belleza es hija de la imposibilidad
y se hace posible en el vientre de la desesperanza
donde mi piel es la imaginación de la tierra
desde el instante en que el cigarrillo se apaga bajo tus pies
y te vuelves eterna.
Corte de luces
sobre la estatua de la luna llena
en la estación abandonada
en el momento
del bombardeo.
(Fuente: Caína bella blog)
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