jueves, 20 de junio de 2019
Matías José Morales (Talca, Chile, 1988)
MÉTODOS ANTICUADOS NOS DAN LA ESPERANZA DE RENOVACIÓN
El tajo abre la carne
demostrando su forma inusual de apego.
De la apertura emergen teorías conspirativas
sobre el olor de tu cabello
al introducir la cabeza
en una letrina de campo.
La sensación —tanto del amputado
como del maestro en el uso
del serrucho— es de frío al comienzo, para luego
convertirse
en impulso eléctrico; que perfectamente
podría iluminar
el sistema carcelario nombrado alameda.
Al tocar suelo el miembro, un sonido hueco
aromatiza de madera el ambiente
dejando una atmósfera rica en situaciones
para contar ebrio, y así llamar la atención
del verdugo en la barra mirándome feo
como un poema tomando sus maletas
y largándose al otro lado del mundo
para no volver más.
PARQUES Y ROPA ARTIFICIAL
La sombra del árbol
es para retener su propia humedad.
Confundido el ego
teoriza
sobre la humildad en lo verde
y me siento rey
alternativo
caminando sobre ideas
pre
fabricadas:
si tuviera más articulaciones, mi movimiento sería fluir y no caminar.
Los noventa son ropa americana
dentro del cuerpo.
Mi piel
sus cicatrices:
declarando la intención
de vivir
en un mundo holográfico
donde la constitución
dice
pág. 14
segundo párrafo:
“No podemos descifrar el maly diferenciar la ropa mojadade la helada, en consecuenciatodo humano tiene derechoa demostrar su éxitoen el reflejo de sangre derramada”.
SÁBADOS
Uno es un número
y yo, dos letras.
Mentira que anillos
en el roble
representan
el pasar del tiempo
sobre Saturno, dios negro
en tus ojos
al mirar lo imposible
sobre la mesa.
Verdad, hablamos en plural
cuando estamos solos.
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