Volar
¿Por dónde? ¿Hacia dónde? ¿Por qué?
Posarse un instante en las ramas,
y, volar otra vez.
Ir en pos de otro cielo,
de otro Dios ir en pos;
mas, después de apagado ese vuelo
no alcanzar ese cielo,
ni siquiera el consuelo
de encontrar ese Dios.
Y pasar solitarios y errantes,
sin fe en nuestros pechos,
sin techo,
ni hogar.
Con la eterna quimera de cantar,
siempre adelante;
de saber que podemos,
si queremos
volar.
No vivir en un sitio:
esperar la mañana en un valle florido;
cuando venga la tarde estar lejos del nido,
y volar
por el mar...
No pensar más en la vida,
sentir el pasado cual un yermo vacío,
no llorar las nostalgias de la fe destruida,
ni sentir más tristezas si en invierno hace frío.
No vivir la misma hora en un día,
cambiar de facetas como el prisma de Inés:
cantar hoy la pena más honda y más fría,
cantar enseguida el placer más fecundo:
cantando la pena primero,
que venga el placer un segundo,
después.
Volar como un pájaro.
¿Por dónde? ¿Hacia dónde? ¿Por qué?
Posarse un instante en las ramas,
y, ¡volar otra vez!
(Fuente: Asamblea de palabras)
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