martes, 25 de junio de 2019

Anna Ajmátova


Canción del último encuentro




Mi pecho se enfriaba sin remedio,
pero seguía mi camino con paso ligero.
(Me puse en mi mano derecha
el guante de la mano izquierda).

Creí bajar muchos escalones
¡aunque sabía que sólo eran tres!
Bajo el susurro otoñal de los arces
me dijo: «¡Muere conmigo!

Me engañó mi melancólica
Veleidosa y perversa suerte».
Le dije: «Descuida, querido,
también yo moriré contigo…».

Esta es la canción del último encuentro.
Lancé una mirada hacia la casa a oscuras:
en el cuarto ardían
cansinas, amarillas, las velas.

   
Tsárskoye Seló, 29 de septiembre de 1911


(Fuente:  Biblioteca Ignoria)

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