MUERTE, ANIMAL Y PERFUME
A Santos S.
Demitrópulos,
mi padre, amigo y
maestro
.
A Fabiola Adorlisa
Soria,
mi madre.
I
El ciervo enamorado
El ciervo enamorado
a ciegas viene;
pasando lo pasado
no se detiene.
Que ya no ven sus
ojos
los claros ríos,
ni el collado de
abrojos
en los estíos.
Por la canción
oscura
que lo enamora,
un canto le perdura
sobre la aurora.
Hacia su cárcel,
riendo,
el ciervo enamorado
viene muriendo,
solo y callado.
El espacio imposible
Mediodía destrozado
de bambúes que me
cruzan
la piel perfecta del
olvido.
Ardor. Ardor
conturbado.
Las manos se quedan
solas
en momentos azulados
para morirse en el
beso.
Ardor. Ardor
conturbado.
Vida o muerte. La
locura
de flanquear el
rostro helado
del horizonte del
beso.
Ardor. Ardor
conturbado.
Curva total.
Demorado
espacio imposible,
ya ido.
Ardor, ardor
conturbado
En jardines
amarillos.
Cada vez que te amo
Cada vez que te amo
me suceden las cosas
más tristes, me
aprisionan de lejos,
me golpean a
espaldas, veo mariposas.
Cada vez que cumplo
con mi sangre en morir
estoy sin perros,
paseándome en espejos.
No puedo consolarme
ni dejar de sufrir.
Cuando no te amo y
ya me he muerto,
me siento alegre
porque me has dejado
crecer de noche y en
lo descubierto.
Grito cuando te olvido, sin embargo.
Grito cuando te olvido, sin embargo.
Soy un caballo en
pelo y desbocado.
Yo me persigo en un
bosque largo.
La sombra
Mi ser que puede
serte, ya no sufre
tu olvido mío y tu
alejarte insombre,
tu no llegar de
nunca, ya de nunca.
No sé si has de ser
aún.
Pero mi alegría te
destruye, mi crearte
en la nada, con
salvajes venablos.
Yo nunca di a mi
espíritu camino
para volver de ti
todo lo mío:
sus cosas han de
hacerse en su penumbra.
Yo soy un ser, un
todavía.
Y tu sola belleza,
incertidumbre
y pausa, aún sin infinitos.
y pausa, aún sin infinitos.
Pero mi ser, que
puede serte,
es tu recuerdo y
como un salmo tuyo
donde ando intocada
por lo mío.
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