Si yo muero, pensad esto sólo de mí:
que allí donde me entierren habrá un rincón de tierra extraña,
que será para siempre Inglaterra.
El polvo generoso que ha de esconderse allí
su ser debió a Inglaterra que maternal le dio
flores que amar y sendas que recorrer, un día,
y un cuerpo todo suyo, pues de su aire vivía,
lo bañaron sus ríos y su sol lo curtió.
Y pensad que este pecho, de mal purificado,
hará con ritmo eterno, donde muera el soldado,
brotar los pensamientos porque Inglaterra es;
sus campos, sus rumores, ensueños de ventura,
y risas aprendidas de amigos, y ternura
en pechos que atesoran paz, bajo un cielo inglés.
Versión de Domingo Rivero
If I should die, think only this of me:
That there’s some corner of a foreign field
That is for ever England. There shall be
In that rich earth a richer dust concealed;
A dust whom England bore, shaped, made aware,
Gave, once, her flowers to love, her ways to roam;
A body of England’s, breathing English air,
Washed by the rivers, blest by suns of home.
And think, this heart, all evil shed away,
A pulse in the eternal mind, no less
Gives somewhere back the thoughts by England given;
Her sights and sounds; dreams happy as her day;
And laughter, learnt of friends; and gentleness,
In hearts at peace, under an English heaven.
~
Rupert Brooke, "el hombre más apuesto de Inglaterra." Rugby, 1887 - Skyros, 1915) Poeta y crítico inglés, figura representativa de la generación de jóvenes artistas diezmada por la Primera Guerra Mundial. Por su trágico destino, murió a los 27 años por septicemia, su belleza y el atractivo de sus brillantes dotes de conversación, Rupert Brooke se convirtió en una figura legendaria de las letras inglesas. De convicciones socialistas, de gran apostura física y atractivo ingenio, practicó con gran talento la poesía neorromántica de los llamados "georgianos", simbolistas que empezaron a publicar entre 1900 y 1910.
(Fuente: Irene Schifffer)
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