PÁJAROS Y GEMAS
Mientras los fulmar en su fase clara
planean o derivan como boyas despiertas,
y los charranes, con un grito aterido,
la gaviota sombría que abandonó los barcos
que el berilo del sol alza en la tarde,
en su lejano y solitario andamio
contempla el mar del tiempo. Para ella
sobre el topacio gris o cuarzo iluminado
que agitan criaturas de distancia
no hay palomas zuritas,
no hay calandrias ni alondras,
sino un hondo horizonte. Y luego otro horizonte
lo mismo que el de dentro: que el de siempre
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en "Hora de poesía", n.º 81-82, mayo-agosto 1992; "Hablando con un haya", Pre-Textos, Valencia, 2010.
(Fuente: Jonio González)
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