viernes, 13 de marzo de 2020

Tania Favela (México, 1970)


Tres poemas



los “harapientos” los “deshilachados” poemillas (suyos) – dijo-
                   se oyó decir –casi murmurando casi en silencio-
         como deshilachando la propia voz –la propia voz empobrecida-
desvestida (o casi)   eso era lo que buscaba y escapaba a todo ropaje –dijo-
                                                                                      a todo ropaje
    de ahí la intemperie   de ahí el cielo estrellado -sobre la cabeza- (pensó)
estrellada también la propia cabeza ¿contra qué o quién? contra sí mismo
    sí misma   hasta dar en el suelo –hasta hacerla sonora como una calabaza hueca-
   (ahí) estrellada y arriba cielo abierto    ¿abierto para quién?
pensó en eso    en tanto   en todo
       pensó en los deshilachados   los harapientos   los hambrientos
todos los sin boca   (en eso pensó)   -los sin boca ahí sobre el suelo-
                                                            -descabezados-    estrellados sin saber
ahí –rompiéndose las bruces- como quien dice
                       (pensó) como queriendo decir   como sabiendo lo mudo de eso
lo deshilachado de ese canto que no
  de ese decir que apenas (a penas anda)  -dijo- se oyó decir
                                         como repitiendo la voz de otro
                                                  repitiendo la voz de otros
-se oyó-   (ahora)  (antes)   los deshilachados
                                                        y arriba el cielo abierto
 
 
********
 
 
 
desde el vientre habló   desde el estómago   desde ahí habló
-desde ahí respira la voz-    las voces    desde ahí las voces
murmuran   -adentro-    resuenan   lanzó un grito sin más
al interior de quién?    de quiénes las voces?
                                  pensó en él y su voz    pensó en ella (en ella) y su voz
         -así fisura y todo-   la boca atenta   los labios en movimiento
                          ¿qué dice?      - dijo-    ¿qué dices?
la infancia    -la madre-    (al interior dos voces)
                              cordón umbilical que sueña la voz del otro
       y su voz?                 -dijo-
                 arena en el engranaje     suena     raspa
                                                                              ahí la voz despierta?
 
 
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… Mientras las oropéndolas
hacen su reclamo
en los tupidos bosques.
Las aguas del río, acrecentadas
por las lluvias de verano
se desbordan velozmente…
Wei Yin Wu
 
Allá   río abajo    aquí (adentro) otro río desciende
otros ríos profundos y rápidos descienden    (choque de piedras)
ni el miedo ni el coraje nos salvarán
                        (piensas) cómo se llama aquel pájaro de alas amarillas y cola amarilla
oropéndola marinero oropéndola   el canto allá (afuera) amarillo navega
y (adentro) punza la voz como mordida de hormiga   punza y se expande por la espalda
por los ríos que descienden furiosos
    mariposas revoloteando (chocando como piedras) encendiendo de color al río
(gritan)   canta la oropéndola navegando el aire
    …y si el río se seca (y si el corazón se achica)   si el agua se estanca  (digo)
(dice) la oropéndola    canta y su canto se alza   ¡no se vaya a secar este río!
¡no se vaya a morir este oro!   No se vaya a estancar este corazón que se atora
en todas las esquinas (grita) navegando   ni el miedo ni el coraje nos salvarán
     (choque de piedras)  mariposas revoloteando
                                  adentro ríos profundos descienden.
 
 
De: La marcha hacia ninguna parte – editorial Chile Kormorebi ediciones – 2018

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