OTRO ESCENARIO POSIBLE
Nuestras certezas cayeron, van de mal en peor.
Un niño desaparece en el lago congelado.
La pista se derrumbó mientras patinaba
con su amigo de colegio. Las calles numeradas
cambian de mano. Su padre no calculó
con precisión el espesor del hielo y tampoco
el peso del niño. Nadie conoce como él
lo que significa un error de cálculo. La memoria
adquiere un espesor del que no estamos
debidamente informados. Las calles vuelven
a ordenarse, pero esta vez de atrás hacia adelante.
En esta tierra, cuya humedad promedio supera
el sesenta por ciento, no se encuentran lagos
helados. Así que el niño está a salvo.
Será un niño sobre un lago helado
sostenido por la superficie, para siempre.
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