jueves, 12 de marzo de 2020

Iván Rojo (España, 1976)




COCODRILOS

 

Es necesario un camión para transportar
a un cocodrilo adulto de zoo a zoológico.
Un camión de considerable largura
pero un camión al uso, en definitiva.
Es muy probable que alguna vez
hayas adelantado a un camión
con un cocodrilo dentro de la caja.
En ninguna parte leerás Cocodrilo a bordo
pero seguro que en alguna ocasión
has pasado a medio metro de un cocodrilo.
Quizá incluso en más de una ocasión.
Un par o tres, puede que docenas.
La mayoría de la gente no lo sabe
pero hay cocodrilos por todas partes.
A veces hasta en la caja de un camión.
Vienen y van por las autopistas a 110 km/h.
Cocodrilos cruzando túneles y puentes.
Cocodrilos atravesando peajes, noche y día.
Día y noche cocodrilos en los párquines
de las áreas de servicio de todo el país.
Cocodrilos de siete metros en sus remolques
mientras el bar-rte-grill sirve una tras otra
centenares de sus hamburguesas especiales,
cuyo aroma se extiende por todo el parquin
y se cuela en el camión a través del respiradero.
Entonces el cocodrilo de turno se revolverá,
mucho más nervioso que hambriento,
en realidad todo recelo y curiosidad
ante el olor a vida con cebolla en el aire.
Si ves agitarse un camión, esa es la razón.
Son cocodrilos oscuros. Más: invisibles.
Si pudieran pensar pensarían: ¿Qué? ¿Qué?
En vez de eso hay un colmillo azul en su cabeza.
Brilla a la luz negra como una sonrisa en la disco.



(Fuente: Buenas noches Nueva Orleans)

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